Wikipedia

Resultados de la búsqueda

domingo, 2 de febrero de 2025

Sócrates

La gracia de Sócrates no reside en la multitud de conocimientos. Porque Sócrates realmente ignoraba. Hecho que demuestra en si misma la frase quizás deliberada  “Yo solo sé que no sé nada” y que contiene en si misma una fuerte esencia de ignorancia. Lo absurdo de la frase le atribuye un punto cómico entonces. Pero el punto central de Sócrates era la capacidad de indagar y el deseo de saber. En este sentido Sócrates no sabía lo que era el amor, pero quería indagar lo que era el amor, luego entonces buscaba a quién declarara saber lo que era el amor, usando su habilidad de cuestionamiento. Su objeto no era poner en evidencia. Su objeto era el amor por el conocimiento mismo.

Hace un par de años al charlar con unos estudiantes universitarios de filosofía escuché que declararon: "Sócrates y su patraña de amar el conocimiento” la filosofía por el gusto al conocimiento mismo. Sócrates fue un apasionado del conocimiento. Un buscador incansable de la verdad. Del conocimiento genuino. Un filósofo pura sangre. El amor de la filosofía de Sócrates se explica porque consideraba que era un modo de vida. Ya hemos hablado antes en este blog, que para los antiguos Griegos la filosofía dista mucho de la idea actual de filósofo. Ellos vivían la filosofía. Bajo su ropaje no escondía ninguna explicación trabajada o intelectualizada.

No se debe cometer el error de formar un juicio de Sócrates respecto a la semblanza que Platón ofrece en sus diálogos. Quizás los mas fidedignos sean los primeros. Cuando Platón se reconocía un discípulo de Sócrates. Los mas reprobables: los últimos. Cuando con el tiempo se apartó de la mentalidad Socrática y traicionó su memoria proponiendo una ley que justamente fue la que llevó a Sócrates, su maestro, a la pena de muerte.

domingo, 12 de enero de 2025

Problema de la unidad

A lo largo del tiempo el taladrar del picamadero resuena en los bosques. 

El problema de la unidad, de concebirse parte integral de la unidad, consiste en interiorizar la idea de que mas allá de la muerte; que es lo mismo que la última transformación individual, la esencia humana continuará consistente y distinguible al paso del tiempo. A mi tiempo pertenezco, siendo humano entonces soy parte integral de la humanidad, o lo que configura la esencia de la humanidad en la actualidad. Y así como desde los inicios el picamadero ha dado presencia al taladrar de la madera en los bosques, así cada picamadero contribuye al fenómeno. Y el cese del ciclo vital de un individuo no representa el fin del fenómeno.

Ahora cada individuo que nace es parte integral del fenómeno que se sostiene al paso del tiempo.

A semejanza del picamadero, sucede con la manifestación humana. Somos parte integral del fenómeno.

Interiorizando este aspecto se es posible mantenerse a un nivel de igualdad homogéneo pues de manera natural nos reconoceremos en cada individuo, lo que supone un cambio de visión respecto a la muerte tornándose la idea de esta, como parte de la transformación y la evolución. Esto es posible porque al reconocerse en cada individuo de la estructura humana, el temor por el cese de la existencia deja de ser fundamentado. "Si estoy en cada uno, luego el temor a morir es infundamentado"


El concebirse a un mismo nivel de igualdad no desde el razonamiento, si no desde el trabajo sensible y emocional permite una transformación a un nivel profundo y como consecuencia llegamos a la aniquilación del egoísmo, la competencia y a una forma de vida tolerante y pacifica.