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miércoles, 27 de enero de 2021

Sobre la perdida de interés

 Referente a los aspectos del carácter humano; uno de los mas, me permitiré calificarle de “Descorazonador”, es la veleidad o el cambio voluble en sus procederes. Quizás tenga su debida explicación en lo que compete al campo de la neurología o la psicología pero alguna vez alguien dijo: “El papel de todos en una relación de cualquier tipo es lastimarnos mutuamente” Parece un carácter impreso en el genoma humano; la perdida de interés por las cosas que hacemos y por quienes decimos querer. Como siempre; sostengo que el ser humano es demasiado complicado como para poder hablar de manera categórica, pero el ser voluble y cambiante parece un factor común.

De tal manera que el hijo que idolatra a los progenitores pierde interés por la figura paterna, inclusive los padres pierden interés por los hijos, los hombres y mujeres pierden el interés en la pareja (de ahí los montones de infidelidades).

Pero esa perdida de interés alcanza diversos terrenos; así solemos perder interés por modas, gustos musicales, pensadores, diversiones, comida, inclusive falta de interés por la vida misma. No todos perdemos el interés por las mismas cosas, pero si que no escapamos de alguna considerando la gran variedad de experiencias que ofrece la vida, sin duda no estamos exentos de ello.

Aveces el interés se mantiene por conceptos como la costumbre (caso de muchos matrimonios) por la formalización o evolución de un estilo de vida, la construcción de una sociedad o la conveniencia de cualquier tipo de empresa o interés para sus miembros; una vez consolidada esta, el interés se disuelve.

Sea de cualquier forma los seres humanos solemos ser inconstantes, banales y volubles en lo que llamamos afinidades, decisiones y carácter. Tal hecho conduce ha ganar intereses a costa de otros. Y si estos trascienden mucho mas allá de lo material, y tocan los puntos mas delicados del ser humano, entonces, la sentencia que dicta “Estamos condicionados a lastimarnos mutuamente” cobra especial sentido.

Y así somos testigos de amores traicionados, amistades no correspondidas y mucho dolor. Pero es una forma de aprender. Una forma miserable, pero lo es. Las consecuencia tendremos que asumirlas personalmente. Mala decisión basar la dicha en el carácter humano.

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