Libros Digitales
Mi
padre comenzó todo a partir de la década de los 80s. En realidad no
fue una decisión premeditada, como lector empedernido que siempre ha
sido desde su adolescencia, los libros comenzaron a juntarse al paso
del tiempo. Para cuando yo heredé el gusto, nuestra biblioteca
personal ya era algo nutrida y basta. Había de donde elegir; libros
de historia y mucha literatura. Recuerdo primero haber desarrollado
un gusto por las enciclopedias y los diccionarios; posteriormente con
el paso del tiempo (tendría yo algo mas de unos seis años)
siguieron los libros de todos esos autores Dumas, Verne, Salgarí,
Jack London, Jonathan Swift, Poe... Twain... aunque Twain fue muy
después. En la época de mi adolescencia. Las aventuras de Tom
Sawyer fue un libro muy importante para mí. Lo leí en una época en
la que me encontraba en transición de la pubertad a la adolescencia
y comenzaban a madurar los rasgos de mi carácter. Era un ejemplar
viejo, me gustaba,
editado en cierto año de los ochentas,
recuerdo... De pasta dura, y la figura de Tom trepado sobre la
cerca
de la tía Polly, mirando hacía algún sitio mientras tensaba las
ligas de un tirachinas, y una manzana
mordida sobre uno de los
postes. Todo estaba pintado como si fuera una imagen a acuarela. Y
también había cientos de ilustraciones dibujadas a lápiz. Muy
artístico y bello, un ejemplar de coleccionista quizás, aunque
coleccionar nunca fue nuestra intención. Sus letras estaban impresas
en tamaño mediano, sobre un papel de ese que aveces se
solía
encontrar en los libros bien hechos; fino al tacto, resistente, con
una sensación de estar
pulido...
Luego transcurrieron los años, mucho años para ser exactos. Un día mi padre
enfermó de cáncer y
pasamos serias dificultades económicas, así
que tuvimos que vender varias cosas para poder continuar subsistiendo
y poder
pagar las quimioterapias, entre ellas nuestra modesta
biblioteca de cuatro mil volúmenes, y entre
esos libros, no muy
bien conservados, iba mi ejemplar de Tom Sawyer.
Simplemente
no se me
ocurrió estirar la mano y rescatarlo. Pasábamos malos
momentos, ese era el problema. Entonces yo tenía pensamientos
suicidas a cada rato.
Mi
abuelo viajaba constantemente a la ciudad de México (yo vivía en
provincia) y un día
me llevó en una edición muy económica “El
llamado de la selva” y cuando tenía alrededor de diez u
once el
Marqués de Sade; “Las obras completas” también regalo de mi
abuelo.
El
hecho es que, ahora al hojear a Tom Sawyer (aunque no sea aquella
edición) no puedo reprimir
mis sentimientos de nostalgia e
inmediatamente los ojos se me humedecen. De alguna forma el libro
significa mucho para mí. No estoy seguro cual sea la razón, ni la
naturaleza de la causa o sea simplemente una particularidad “borde”
de mi personalidad
Sospecho
que quizás sea por que lo hice en
una época que fue critica en mi
vida. Apenas comenzaba a tomar consciencia de la realidad, estaba
formando mi manera particular de ver la vida. Era una época en que
me sentía excluido, no tenía
amigos, ni novia, no me agradaba la
gente, era rebelde con mis padres, me habían corrido de la escuela y
la lectura representó un refugio para mí.
Pero
al mismo tiempo todo eso me agradaba. Leía mucho, eso sí...
sobretodo cosas
de contexto bélico con descripciones muy crudas
donde hubiese sangre y dolor, pero, Quizá en Tom Sawyer llegué a
percibir
“inconscientemente” aquella rebeldía del personaje,
las ansías de vivir (no pensaba en el suicidio en esos años) la
sensación de una promesa... Fue como si esos instantes de mi vida se
hubiesen
quedado atrapados en Tom Sawyer de Mark Twain, y ahora al
releer la obra, los contemplara como
instantáneas que se convierten
en un largometraje a medida que cambio las paginas del libro.
Creó
sentirme afortunado que esa magia se haya dado conmigo, es algo
bueno. Eso siempre ayuda. Te ayuda a sacudir mucha de la mierda que
se pega a lo largo de la vida... De verdad que sí.
Por
desgracia no tengo ninguna instantánea de aquella colección de
libros. Ahora dispongo de unos diez mil volúmenes digitales y
debidamente seleccionados porque no obedecen a un impulso de
coleccionista. Nunca nos interesó la colección. Entre nuestra
biblioteca había libros de todas las editoriales y de la calidad
material que fuese.
En lo
personal no me costó superar la transición del libro físico al
digital ni considero el libro de papel como algo romántico y
entrañable. Quizás podría argumentarse desde el punto de vista de
la fuerza de penetración social que tiene el libro impreso. Pero
realmente, para una contexto como el de la sociedad Mexicana,
¿Cuantas personas pueden permitirse una buena parte de sus salario
para la adquisición de libros? En esto de los libros impresos los
mas beneficiados son los editores. ¡Los libros son caros! Lo que en
consecuencia afecta al habito de lectura y convierte la literatura en
un terreno de burgueses y clase media. Lo que realmente es una
infamia abominable. Adquirir un lector de libros digitales representa
una ventaja, en cuanto que el precio de un libro digital es
notoriamente mas bajo que uno impreso, y lo que por consecuencia,
presenta un comportamiento inversamente proporcional “A menor
precio de los libros, aumenta las posibilidades de adquirir el habito
de la lectura”
Entre
otras ventajas respecto del libro físico tenemos que un libro
digital no sufre desgaste, se adapta a la lectura de personas con
discapacidades, cuida del medio ambiente. Se puede respaldar y puede
ser compartido con mayor número de personas; (habrá quién no
estará de acuerdo con esto último, sobretodo los que viven de la
venta de libros) en mi caso a mí no me perjudica. Y no creo que un
escritor autentico tenga tanto problema en que su obra sea difundida
por medios altruistas, si así va a lograr una mayor penetración.
No
esta todo dicho acerca del lector digital. Al menos en las sociedades
latinoamericanas no ha tenido, aún, el impacto que ha presentado en
otras sociedades.
Ahora solo lo menciono de paso. Hace falta hablar mucho mas sobre esta transición. Solo se que debemos estar abiertos a los cambio tecnológicos.
Leer en formato fisico o digital, como sea pero hay que cultivar la mente y el espíritu.
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