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lunes, 16 de enero de 2023

Viejos filósofos Griegos


Me he estado riendo mucho con las peripecias de los antiguos filósofos Griegos. ¡Que tipos tan divertidos!

Cierta ocasión Diógenes iba caminando con su morral. Cuando llega a las proximidades de un riachuelo advierte a un niño que bebe del cuenco de sus manos. Entonces Diógenes en el acto abre su morral, arroja su copa, la escupe, la pisa y declara: “¡Me he visto superado en Sencillez por un niño!”

Se dice que Empédocles, solía gustar de mantener en la gente la creencia de ser un dios. Estaba convencido de su inmortalidad, así que buscó un acto que le consagrara finalmente la categoría divina: ¡Se arrojó al interior del volcán del Etna ante las miradas incrédulas de los ciudadanos . La gente le vio saltar. Poco después el volcán lanzó un eructo y arrojó una Sandalia hasta la plaza de la ciudad, a los pies de los ciudadanos. Entonces comprendieron que no era un dios, y así encontró la muerte.

Pitágoras sentía un respeto muy grande hacía las Habas por creer que en ellas, habitaban las almas de los hombres muertos. Aseguraba que había muerto y renacido varias veces hasta llega a ser Pitágoras y conocía las rutas del Hades. Aseguraba, también, que poseía un muslo de oro.

Antístenes el cínico, solía usar la túnica agujereada. Cierto día caluroso se enjugaba el rostro con ella. Sócrates al pasar frente él, se detiene. Se aproxima. Le mira extrañado, frunce el ceño, se agacha. Antístenes no comprende. Le mira con expresión adusta y desconfiada. Sócrates examina los agujeros de la túnica, agudiza su examen, y al tiempo que introduce el dedo declara: ¡Antístenes! ...por aquí se puede ver tu vanidad.

¡Suelto una carcajada! ...

Una versión de la muerte de Pitágoras cuenta que su personalidad y genialidad era suficiente para despertar envidias. Se dice que urdieron un plan de asesinarle. Cierto día en un convite una muchedumbre llega e incendia la finca donde se encontraban. Los asesinos entran e incendian las estancias y apuñalan a los presentes. Pitágoras logra abrirse paso entre las llamas y sale al huerto trasero del sitio. Justo ante él se extendía un sembradío de Habas. Se detiene. Mira las Habas, miras hacía las llamas, vuelve a mirar las Habas, mira hacía atrás. Decidido a no pisarlas. Sus captores lo alcanzan y lo apuñalan.

Antístenes (maestro de Diógenes) moribundo sobre su lecho. La casa de Adobe. Frugal. Adentro reina la oscuridad que contrasta con el brillo de un sol de justicia que se filtra por debajo de la puerta. La puerta de palo (desvencijada) se cierra con una tranca. Pero en ese momento la tranca no está. Al lado del lecho una jofaina con agua. Y otro recipiente que sirve de orinal.

Antístenes: ¡Por Zeus! Me muero...

Entra Diógenes. Diógenes lleva un puñal agudo escondido tras la espalda, sujeto con ambas manos.

Diógenes: Antístenes ¿Necesitas un amigo?

Diógenes descubre y levanta el puñal ante antístenes para clavarlo.

¡Ahhh!

Antístenes: ¡Una bálsamo que me quite el dolor!


Diógenes dejó encargado que cuando se muriese lo arrojasen al campo de Olivos y le empolvasen con una especie de "Cal" y le dejasen ahí oreándose al sol y el viento. O que le sirviese de alimento a los perros. Se masturbaba en la plaza frente a todo el mundo diciendo: ¡Que el hambre se quitase con solo sobar el vientre!

“Crates dijo: No es mi patria una sola torre, ni un tejado, mas toda la tierra me sirve de ciudadela y de morada dispuesta a cobijarme”

Antístenes se mofaba de Platón. Cierta vez, enfermo platón, al observar la palangana sonde había vomitado, dijo; Platón, aquí veo tu bilis pero no tu vanidad.

Diógenes mea encima de los invitados a un banquete que comenzaron a arrojarle huesecillos de la comida como a un perro. ¡Es lo que hacen los perros! replicó.

Pedía limosna a una estatua "Para acostumbrarme a ser rechazado" argumentaba.


En fin... ¡Me río sin parar, me río como un demente! ...Me encantan los filósofos. Pero en los tiempos que corren hasta los filósofos han perdido su originalidad.

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