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domingo, 4 de noviembre de 2018

El internet llegó para quedarse


El Internet llegó para quedarse

No hay marcha atrás. El Internet es parte de la nueva era. Llegó, está con nosotros y perdurará. Es un hecho al que no podemos voltear la espalda y hacernos los desentendidos. Nada ganamos con cargarnos en su contra. Es un error afirmar que si algo marcha mal en la sociedad es producto del Internet (Entiéndase Internet por un conjunto de computadoras interconectadas por medios diversos como cables, señales, protocolos y software).
A pesar de lo anterior existen posturas que señalan al Internet como un responsable directo o de trasfondo de las cosas que van mal en una sociedad. Algo parecido a un especie de caldo de cultivo para la “locura” de ciertos integrantes asociales, ya que dispone los medios de comunicación y difusión del odio, racismo, homofobia, xenofobia […] Según da a entender Frank Bruni en “El Internet será nuestra perdición” publicado en el sitio del New York Times en Español.

Pero yo miro ambas caras de la moneda de forma objetiva. Y en otras ocasiones he tenido la oportunidad de argumentar que el Internet es lo mejor que ha inventado el hombre hasta el momento, pues es el medio perfecto para conseguir acercar a la humanidad y entre todos y con un constante aporte y discusión de ideas, tratar de lograr un cambio para las cosas que marchan mal en nuestras sociedades.
Estamos viviendo la era de la globalización. La era de una libertad de expresión, que quizás, si no plena, si al menos una de las mejores por las que ha pasado la humanidad. Y ante un fenómeno como Internet no hay fronteras que inhiban el acercamiento y entendimiento entre los hombres.
Por supuesto, creo que también sería imbécil negar la realidad de la otra faceta, como lo es argumentar que el Internet es la causa o el “caldo de cultivo” del aspecto mas monstruoso de la humanidad.
No. El problema no esta en el Internet. El Internet solo es una tecnología. El problema (como siempre) se encuentra en nosotros mismos. En nuestras mentes. En nuestros pensamientos condicionados. Nuestro problema es todo lo que nos tragamos por nuestros cinco sentidos y dejan huella en nuestra visión de la verdad.
Sonaría absurdo que de pronto alguien dijese: “Desde ahora vamos a dejar de vender automóviles, porque según un estudio se ha demostrado que son una arma en potencia para ciertos sujetos dementes que les da por jugar a atropellar a niños, hombres y mujeres. Así que si acabamos con la venta indiscriminada de automóviles esto estará solucionado”

Pero también la idea se tendrá que extrapolar a los cuchillos de cocina, los fósforos, los arcos para tiro deportivo, las hachas, los aperos de labranza, los destornilladores, los martillos […]
Y puesto que (suponiendo, imaginando) que el articulo fue publicado por un diario como New York Times... ahí vamos todos a tragarnos semejante barrabasada, por estar acostumbrados a tragar comida digerida. ¡Pobrecitos de nosotros!
Ya lo dije en otra entrada el NYT, en lo personal es el mejor diario que he leído pero no significa que tengan la razón en todo, y en esto caemos una vez mas en el error: “No es el NYT, es la gente que escribe en el NYT”
Pero regresando al tema [...]
¿Es eso una solución?
Lo principal es aceptar que algo mal esta sucediendo. Si pasa lo que se ve es porque algo no marcha bien, social o médicamente. Y si en realidad se desea un cambio la solución no está en prohibir el uso de la Internet. Lo que se necesita es una análisis para tratar de indagar dónde radica el nacimiento de ese mal y arrancarlo de raíz. Un cambio verdadero no opera con prohibir esto o aquello, si lo que se juzga malo para una sociedad tiene sus orígenes en otra patología, seguirá sucediendo no obstante de las prohibiciones. ¿El antisemitismo se produjo con el Internet? ¿Si suprimiéramos esta tecnología, acabaríamos con el antisemitismo? Yo diría que el papel en esto es solo a nivel de herramienta. Y esta responde como lo que es. El enemigo puede usar mi propia arma en mi contra y listo.

Un cambio auténtico opera en cada uno de nosotros mismos. Solamente cada uno de nosotros tenemos la posibilidad de encararnos con nuestros aspectos mas incómodos e indagar para llegar a un cambio. Mientras las sociedades modernas no comprendamos esto, seguirá pasando lo que se ve: guerras, masacres, violaciones, xenofobia […]
Y entonces ya después de este proceso podremos ver con claridad y la verdad de que los medios tecnológicos (medios inanimados y carentes de inteligencia) no son culpables de nuestras mentes trastornadas.
Decir lo contrario apesta a fanatismo. Y para quién lo dude ahí tienen la capacidad de reflexionar sobre el asunto. No me lo digan a mí.

Un cambio de tal magnitud lleva un tiempo considerable. Y es muy probable que tengan que transcurrir decenas de generaciones para que se convierta en una realidad. Internet es un fenómeno que ha creado sociedades a nivel virtual. Algo muy parecido a las sociedades en las que nos desenvolvemos a diario; con toda su problemática y su ventaja. Por el momento no nos queda de otra que vivir con ello y pensar sobre todos estos problemas que nos parecen abominables. Una forma menos descabellada (que culpar al Internet) de mantener un control relativo, reside en la legislación. Aunque sea una idea que no nos agrade, necesitamos de la normatividad legal y de este tipo especial de represión. Al menos hasta que no seamos capaces de efectuar un cambio en pos de un lugar mejor.
Por eso pienso “que la parafernalia legal es una respuesta al grado de incivilización de las sociedades” (sin entrar a discusión sobre las acepciones de la palabra civilización)
Es un echo que no se puede negar. Necesitamos de la policía, de las cárceles, de una normatividad que nos contenga de materializar los actos de nuestra faceta mas oscura y visceral.
¡A los fanáticos de la anarquía que gustan de las sociedades utópicas!

A quien le interese aquí le dejo el Link del articulo de New York Times

https://www.nytimes.com/es/2018/11/03/discurso-de-odio-internet/

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