El
Internet llegó para quedarse
No
hay marcha atrás. El Internet es parte de la nueva era. Llegó, está
con nosotros y perdurará. Es un hecho al que no podemos voltear la
espalda y hacernos los desentendidos. Nada ganamos con cargarnos en
su contra. Es un error afirmar que si algo marcha mal en la
sociedad es producto del Internet (Entiéndase Internet por un
conjunto de computadoras interconectadas por medios diversos como
cables, señales, protocolos y software).
A
pesar de lo anterior existen posturas que señalan al Internet como
un responsable directo o de trasfondo de las cosas que van mal en una
sociedad. Algo parecido a un especie de caldo de cultivo para la
“locura” de ciertos integrantes asociales, ya que dispone los
medios de comunicación y difusión del odio, racismo, homofobia,
xenofobia […] Según da a entender Frank Bruni en “El Internet
será nuestra perdición” publicado en el sitio del New York Times
en Español.
Pero
yo miro ambas caras de la moneda de forma objetiva. Y en otras
ocasiones he tenido la oportunidad de argumentar que el Internet es
lo mejor que ha inventado el hombre hasta el momento, pues es el
medio perfecto para conseguir acercar a la humanidad y entre todos y
con un constante aporte y discusión de ideas, tratar de lograr un
cambio para las cosas que marchan mal en nuestras sociedades.
Estamos
viviendo la era de la globalización. La era de una libertad de
expresión, que quizás, si no plena, si al menos una de las mejores
por las que ha pasado la humanidad. Y ante un fenómeno como Internet
no hay fronteras que inhiban el acercamiento y entendimiento entre
los hombres.
Por
supuesto, creo que también sería imbécil negar la realidad de la
otra faceta, como lo es argumentar que el Internet es la causa o el
“caldo de cultivo” del aspecto mas monstruoso de la humanidad.
No.
El problema no esta en el Internet. El Internet solo es una
tecnología. El problema (como siempre) se encuentra en nosotros
mismos. En nuestras mentes. En nuestros pensamientos condicionados.
Nuestro problema es todo lo que nos tragamos por nuestros cinco
sentidos y dejan huella en nuestra visión de la verdad.
Sonaría
absurdo que de pronto alguien dijese: “Desde ahora vamos a dejar de
vender automóviles, porque según un estudio se ha demostrado que
son una arma en potencia para ciertos sujetos dementes que les da por
jugar a atropellar a niños, hombres y mujeres. Así que si acabamos
con la venta indiscriminada de automóviles esto estará solucionado”
Pero
también la idea se tendrá que extrapolar a los cuchillos de
cocina, los fósforos, los arcos para tiro deportivo, las hachas,
los aperos de labranza, los destornilladores, los martillos […]
Y
puesto que (suponiendo, imaginando) que el articulo fue publicado por
un diario como New York Times... ahí vamos todos a tragarnos
semejante barrabasada, por estar acostumbrados a tragar comida
digerida. ¡Pobrecitos de nosotros!
Ya
lo dije en otra entrada el NYT, en lo personal es el mejor diario que
he leído pero no significa que tengan la razón en todo, y en esto
caemos una vez mas en el error: “No es el NYT, es la gente que
escribe en el NYT”
Pero
regresando al tema [...]
¿Es
eso una solución?
Lo
principal es aceptar que algo mal esta sucediendo. Si pasa lo que se
ve es porque algo no marcha bien, social o médicamente. Y si en
realidad se desea un cambio la solución no está en prohibir el uso de la
Internet. Lo que se necesita es una análisis para tratar de indagar
dónde radica el nacimiento de ese mal y arrancarlo de raíz. Un cambio
verdadero no opera con prohibir esto o aquello, si lo que se juzga
malo para una sociedad tiene sus orígenes en otra patología,
seguirá sucediendo no obstante de las prohibiciones. ¿El
antisemitismo se produjo con el Internet? ¿Si suprimiéramos esta
tecnología, acabaríamos con el antisemitismo? Yo diría que el
papel en esto es solo a nivel de herramienta. Y esta responde como lo
que es. El enemigo puede usar mi propia arma en mi contra y listo.
Un
cambio auténtico opera en cada uno de nosotros mismos. Solamente cada
uno de nosotros tenemos la posibilidad de encararnos con nuestros
aspectos mas incómodos e indagar para llegar a un cambio. Mientras
las sociedades modernas no comprendamos esto, seguirá pasando lo que
se ve: guerras, masacres, violaciones, xenofobia […]
Y
entonces ya después de este proceso podremos ver con claridad y la
verdad de que los medios tecnológicos (medios inanimados y carentes
de inteligencia) no son culpables de nuestras mentes trastornadas.
Decir
lo contrario apesta a fanatismo. Y para quién lo dude ahí tienen la
capacidad de reflexionar sobre el asunto. No me lo digan a mí.
Un
cambio de tal magnitud lleva un tiempo considerable. Y es muy
probable que tengan que transcurrir decenas de generaciones para que
se convierta en una realidad. Internet es un fenómeno que ha creado
sociedades a nivel virtual. Algo muy parecido a las sociedades en las
que nos desenvolvemos a diario; con toda su problemática y su
ventaja. Por el momento no nos queda de otra que vivir con ello y
pensar sobre todos estos problemas que nos parecen abominables. Una
forma menos descabellada (que culpar al Internet) de mantener un
control relativo, reside en la legislación. Aunque sea una idea que
no nos agrade, necesitamos de la normatividad legal y de este tipo
especial de represión. Al menos hasta que no seamos capaces de
efectuar un cambio en pos de un lugar mejor.
Por
eso pienso “que la parafernalia legal es una respuesta al grado de
incivilización de las sociedades” (sin entrar a discusión sobre
las acepciones de la palabra civilización)
Es
un echo que no se puede negar. Necesitamos de la policía, de las
cárceles, de una normatividad que nos contenga de materializar los
actos de nuestra faceta mas oscura y visceral.
¡A
los fanáticos de la anarquía que gustan de las sociedades utópicas!
A
quien le interese aquí le dejo el Link del articulo de New York
Times
https://www.nytimes.com/es/2018/11/03/discurso-de-odio-internet/
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