Cálido Buen Vino
Ya se anuncian las tardes grises
y frías
de un cercano Otoño.
Magnifica vista tengo desde esta
ladera.
La ciudad luce bella.
Como un ser que yace consciente.
Las fábricas, los subterráneos
y los edificios tragan y escupen gente.
Yo aquí sin preocupación
alguna. Holgazaneando.
La ventana tapizada de papel
periódico para proveer calidez.
Y mi vaso de buen vino caliente
por compañía.
Arraigado a la verdad.
El desapego absoluto.
Reivindicado el ser y el cuerpo.
Casa oscura,
por la acera escucho deambular
gentes
en su ir y venir
indiferentes a mi casa; les
observa como
bestia de ojos apagados.
No me relaciono.
La amistad es una atadura de la
que
prefiero prescindir.
Subterfugios al mundo ilusorio.
¡Ilusión, no existencia,
absurdo!
Es la vida.
¡Salud!
Cálido Buen Vino.
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