La belleza de lo
sencillo
Vendo
zapatos de bebé, sin usar.
Ernest
Hemingway
Hace poco un amigo, al que
quiero mucho, me mandó por mail una serie de fotografías con el
último de sus modelos de maquinas a escala. Un modelo sencillo pero
altamente creativo. Lo cual me dejó muy pensativo respecto a la
relación tan estrecha que existe entre lo sencillo y lo creativo. O
bien, lo bello y lo creativo. Lo bello, y lo sencillo, y lo breve... quizás sea cuestión de semántica.
La primera vez que me dí
cuenta de la belleza de lo sencillo, fue cuando estaba inmerso en mis
estudios de matemáticas. Una demostración sencilla y libre de
ambigüedades se puede calificar de bella. Pero no puedo pensar en
demostraciones bellas, sin evocar necesariamente: “El teorema de
Pitágoras” Se trata del teorema, o al menos uno de los teoremas,
con mayor número de demostraciones. Y muchas de ellas muy bellas por
su sencillez. Si se quiere consultar alguna, solo basta con poner en
Google “Demostraciones del teorema de pitágoras” vale
la pena si se tiene algún conocimiento de Matemáticas.
Pero
lo sencillo y lo breve guardan cierta relación ontológica.
Personalmente soy admirador de la brevedad. En este campo los
literatos Orientales, fueron capaces de alcanzar la cúspide. En
occidente se escriben grandes libros de varios tomos para decir una
cosa, los orientales supieron decir la misma cosa en unas cuantas
lineas. Y esa es la principal razón del porque prefiero leer cuento
y poesía. Y mirar pinturas.
Me
emocionan esas obras breves en las que el lector tiene que construir
el final. Cada quién especula y construye una conclusión propia y
original, y que muchas veces no tiene nada que ver con la concepción
del escritor.
O
que simplemente muestran cosas cotidianas, una pelea, una charla
entre amigos, un día de campo, unos enamorados en la cama; cosas de
la vida diaria y simples; como interrupciones en la vida de los
personajes, y en muchas ocasiones situaciones absurdas; como suelen
ser en la vida real. Eso si, con la diferencia, quizás de que los
personajes son seres que están al borde de algo, del hartazgo, de la
locura, de la prisión...
Es
una manía. Quizás su naturaleza tenga que ver en mi pasada
fascinación por las matemáticas y el lenguaje preciso, breve y de construcción sencilla.
Porque después de todo una expresión matemática es un lenguaje.
Aquí
algo simple para terminar por hoy.
Primera
semana de Marzo
luna
llena
sobre
el sembradío de calabazas.
Del
pastizal
el
aullido
del
lobo blanco.
Mis
sueños mueren y nacen
como
los días.
Limpio
el cielo,
sobre
las aceras húmedas y solas
la
luz de la Luna.
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