Wikipedia

Resultados de la búsqueda

martes, 20 de octubre de 2020

A los filósofos...

 


Para todos aquellos inclinados a la filosofía. Para los Vagos, los románticos, los suicidas y los malvivientes...

¿Que nos lleva a filosofar? Buena pregunta. Aquí una respuesta.

Es solo una forma de vida. Una manera de sortear los problemas de la mejor manera posible. Una vía para resistir en el camino. Justo como dice ese prefacio del Enquiridión (lo transcribo literalmente) “Una forma de llegar a ser más justo, más sensato, más razonable, más sereno, mas sincero, mas respetuoso, más magnánimo, mas libre...”

No podemos negar que si lo consideramos bajo ese foco, entonces el filosofar propio (no el seguir a pies juntillas las ideas de una cierta escuela) toma todo un sentido. Ya deja de ser una actividad para románticos y vagos. Me ha parecido una punto de vista con demasiada fuerza. Una explicación simple y directa para quién se pregunta ¿Por qué filosofar?

El libro al que me refiero en cuestión, es el llamado Enquiridión de Epicteto. Son simplemente un conjunto de notas tomadas por su discípulo Lucio Flavio Arriano. Señalan algunas consideraciones del filósofo para evitar la desdicha. La formula es simple: controlar en nosotros mismos lo que se encuentre a nuestra posibilidad, excluir lo que es imposible controlar. Aquí dejo un fragmento.


Hay cosas que están bajo nuestro control y otras que no lo están. Bajo nuestro control se hallan las opiniones, las preferencias, los deseos, las aversiones y, en una palabra, todo lo que es inherente a nuestras acciones. Fuera de nuestro control está el cuerpo, las riquezas, la reputación, las autoridades y, en una palabra, todo lo que no es inherente a nuestras acciones.


Lo que controlamos es libre por naturaleza y no puede ser impedido ni impuesto a ningún hombre; pero lo que no controlamos es débil, servil, limitado, y sujeto a un poder ajeno. Recuerda, pues, que te perjudicarás si consideras libre y tuyo lo que por naturaleza es servil y ajeno. Te lamentarás, te confundirás, y terminarás culpando a los dioses y a los hombres de tu desgracia. Por el contrario, nadie podrá impedirte ni imponerte algo si consideras tuyo sólo lo que en verdad te pertenece y ajeno lo que en efecto es de otros. De esa forma, no criticarás a nadie ni acusarás a nadie; no harás nada en contra de tu voluntad, no tendrás enemigos y no sufrirás ningún perjuicio...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario