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martes, 17 de marzo de 2020

¡En caso de emergencia salvese quien pueda!


Ayer que fui al centro comercial, la gente llevaba botellas de agua y
papel higiénico por montones. Si quizás se comprende; supongo que todos tenemos miedo del virus. Caminé por el pasillo de la farmacia porque tenía intención de comprar una botella de gel antibacterial; pues los estantes estaban vacíos. Así que me dirigí al pasillo de los jabones y apenas si había un par de estos en los estantes. Si esta bien. Pensé. La situación es grave pero ¡oh dios! esto comienza a cagar las pelotas por mucho instinto de conservación que tengamos el ser humano. Lo único que se necesita en estos casos es un poco de sentido común y raciocinio.
¿Por qué la gente la ha tomado contra el papel higiénico? ¿qué temen? ¿qué se acabe? Siempre esta la posibilidad de lavarse el culo y la nariz. No veo cual sea el problema.
Y quizás, lo peor del asunto en estos casos son los llamados “acaparadores” ¿Dónde quedan los demás? La gente que por motivos económicos no puede comprar tanto, o simplemente no quieren comprar tanto porque no son tan irracionales.
Me he llegado a enterar en días pasados que en varios países incluido aquí en México (naturalmente) se han suscitado discusiones y riñas por culpa de las compras de pánico. Por ejemplo en Australia una mujer hasta intentó apuñalar o apuñaló a un hombre por llevarse todo el papel.
Bueno es una situación bastante cómica con esos tipos; sucede sencillamente que su capacidad imaginativa no les permite enterarse de que sus provisiones realmente no sirven de mucho. Carecen sencillamente de sentido común. Tan poco sentido común como tanto egoísmo y estulticia tienen.
No niego que la compra de provisiones se deba hacer con cierta estrategia; sobre todo si se trata de personas mas vulnerables. Importante tener estrategia para preservar orden y evitar aglomeraciones.
Pero es muy diferente a un tipo que esta muy sanote, llega con una camioneta, un acoplado y toda su familia que pretende llevarse media tienda. Mientras todos los demás tienen necesidad de ese mismo producto y no ha dejado nada. Ya veo que en todo el mundo el ser humano vivimos bajo la premisa “En caso de desastre salvese quien pueda”
Siempre sucede lo mismo. Recuerdo el año pasado con el tema de la gasolina aquí en México. Ahora esta pasando una situación muy similar a nivel mundial. Recuerdo que la gente se rompía la nariz en las filas, y en cuanto abría una estación de servicio se abarrotaba y terminaba entrando la policía.
Por supuesto había gente mas prudente que se ceñía a las indicaciones de las autoridades y el sentido común, pero nunca lograban un poco de gasolina o solo un poco.
No tardaron en aparecer los tipos acaparadores que montaron su negocito y te vendían el litro tres veces mas caro de lo normal. Bueno hubo necesidad de guardar a esos sujetos un rato a la sombra.
Ahora me entero de que hay unos tipos que están vendiendo gel antibacterial “el recipiente de 1L” a 400 pesos, cuando solía costar unos 70 pesos mas o menos.
Cuando se tuvo el problema de la gasolina, no había alma caritativa que quisiera vender por lo menos un poco; así fueses familiar o conocido.
Y esto lo digo con fundamento por que en esos días me dí mucho a la tarea de observar, hablar y escuchar.
Siempre he sido de la idea de que las crisis de cualquier tipo, si se miran del lado correcto, dejan enseñanzas muy positivas. Generalmente son los estados que causan incomodidad y sufrimiento los que suelen dejarte este tipo de enseñanzas.
Estados que nos expulsan de nuestra zona de confort un rato y nos hacen mirar la vida de frente y entonces así, y con un poco de honestidad, podemos comprender quienes somos en realidad.
Yo lo que puedo ver es, que esta pandemia nos esta demostrando lo egoístas que somos algunos seres humanos. Y si hay algo que el ser humano no podemos fingir; es el temor a la catástrofe. Es ahí cuando prolifera lo peor o lo mejor de cada uno.

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