Recuerdo que hace algunos
años leí el libro “La Peste” de Albert Camus; fue una lectura
algo “impersonal” Para ser honesto no recuerdo si lo terminé. Lo
que si recuerdo fue que lo leí, ya dije, distante, y algo
impersonal. Una situación que creía posible, pero de una manera
remota y muy improbable para los tiempos que corren y no a las
magnitudes que estamos viviendo.
Pensaba que era muy poco probable
que en pleno siglo XXI una epidemia se saliera de control de esa
forma, debido al avance en la ciencia y las tecnologías y la
disminución del analfabetismo. Vivimos en lo que yo suelo llamar el
“siglo de la información” desde mi punto de vista creo que en
ningún otro siglo el ser humano hemos estado mejor comunicados, ni
hemos tenido tan a mano las monstruosas avalanchas de información
que tenemos ahora. No obstante nos enfrentamos a una situación
paradójica en todo esto: “Estamos y no estamos informados” odio
esa frase, pero creo que por desgracia es así. El problema radica en
que el individuo nos vemos abrumados ante una cantidad tan masiva de
información que discriminar y discernir no es algo muy sencillo.
Es fácil caer en la
trampa de creer cosas que no son ciertas. Confiar en medios
amarillistas e informaciones de doble intención y a la vez trasmitir
los errores como una epidemia. Nuestro cerebro corre peligro de verse
saturado ante una avalancha tan atroz de medios de comunicación e
información a la punta de los dedos. No hay situaciones ideales.
Todo tiene sus pros y contras.
Entonces en aquel momento
pensaba que de darse casos de este tipo serían en países menos
desarrollados de África o algo por el estilo. Ahora veo lo
equivocado que estaba. Me encuentro con otra paradoja: “Los países
mas afectados son los que a nivel mundial se encuentran mas avanzados
tecnológica y económicamente” esto tiene una explicación
plausible y la paradoja pasa a ser mera ilusión.
Pero volviendo al tema del
libro, en aquel momento, naturalmente que no me detuve a pensar al
respecto, digamos que fue una percepción que tenía en segundo
plano. ¡Para mí era una situación muy semejante a la ciencia
ficción! No creo que se me pueda culpar de ello. Sabía de algunos
casos que llegaban a salirse de control y generaban una especie de
epidemia, los medios informaban y después de un periodo
relativamente corto no se escuchaba mas. Nunca imaginé que fuese tan
“relativamente” sencillo que el mundo se viese en una situación
tan complicada como lo que se vive actualmente con el COVID19.
He tenido oportunidad de
observar y mirar lo que pasa a nuestro alrededor. Quizás estimulado
por lo que esta sucediendo, he retomado el libro y se me ha
presentado una lectura completamente distinta. Como una obra para
una reflexión bastante profunda. Por primera vez puedo declarar que
me encuentro en un caso donde la realidad esta casi a la par de la
ficción, y lo digo así para no incurrir en temeridades.
Para mí “La peste” ha
pasado a ser una radiografía del comportamiento humano;
sentimientos, temores, defectos y capacidades.
Claro que cualquier otro
tipo de interpretación es igual de válida. Para mí “La peste”
es una historia con un trasfondo reflexivo y filosófico. Una obra de
artillería pesada. Una obra que resuma contenido. Un registro
indeleble donde ha quedado grabada a fuego una faceta de la
naturaleza humana; como en toda buena obra literaria.
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