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sábado, 28 de julio de 2018

El sonido que nadie escucha



El sonido que nadie escucha.

Cuando era niño, al estar en el aula, solía preguntarme ¿Qué sucedía con eso que yo no podía presenciar? ¿Existía? ¿Pasaba?
También me preguntaba ¿Qué pasaría con todo si yo muriese...? ¿El mundo se detendría, o en cambio seguiría su rumbo como si yo no hubiera existido?
En otros términos: ¿El mundo existe en función de lo que mis sentidos captan?
Por supuesto, en el fondo creía que esa idea era ridícula y nunca salió de mi boca preguntar algo así por temor a que se rieran de mí...
Mis padres se me figuraban en un estado de congelamiento. A la salida de la escuela encontraba vestigios de que realmente había sucedido algo. En efecto, mis padres se habían preparado para ir a la oficina y habían desempeñado sus labores en un hilo o realidad paralela a la mía. Y vagamente eso me causaba un poco de frustración que se me olvidaba enseguida.
¿Qué sucedía con lo que yo no podía ver ni escuchar, entonces?
Existe una pregunta clásica: “Si un árbol cae en un bosque, y ahí no hay nadie para oírlo, ¿Crea algún sonido?”
Se trata de una interrogante llamada “Koan” frecuentemente empleadas por los maestros Zen a los discípulos, para medir su grado de comprensión de la realidad.
Berkeley decía que los objetos físicos existen sólo cuándo son percibidos. Los científicos argumentan, que como el sonido son vibraciones de medios físicos; si no hay un par de oídos para procesarles, el sonido no existe.
Bueno, a veces sigo teniendo ese viejo vicio de la infancia, ¡De forma breve! pero lo hago, debo admitirlo. Quizás tenga que ver con una inclinación neurótica de mi parte. Algo sospechoso e insano cuyas raíces residen muy profundamente en mi inconsciente, no lo sé, pero es probable, como no lo es tampoco.
Lo cierto es que las explicaciones racionales a veces no llenan todas las lagunas existentes.
Cualquiera que haya pisado una facultad de ciencias, reconoce que la ciencia no puede explicar realmente demasiado. Y en cuanto tiramos un poco de "la cadena causal del los hechos" llega un punto donde todo esfuerzo se ve inútil.


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