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martes, 30 de octubre de 2018

Mr. Moustache



Lo encontré en los diarios de Kurt Cobain. Me pareció muy bueno para archivarlo aquí en el blog.




lunes, 29 de octubre de 2018

¿Me está usted tomando el pelo?



¿Me está usted tomando el pelo?

Ya había visto muchas veces a aquel viejecito. Era un pobre viejecito andrajoso y flaco con una barba larguísima. Y siempre pasaba por la acera de la estación donde yo trabajaba, cargando un costal al hombro. Nunca habíamos cruzado palabra y nadie de por ahí cruzaba palabra con el. Supongo que tiene que ver con que la gente no suele tener buena opinión sobre los vagabundos y los borrachos. Tengo un conocido cristiano ortodoxo que asegura que los vagabundos y los borrachos son excrementos de la sociedad y que hasta los perros les muerden y orinan por ello. Bueno conozco mucha gente que no es necesariamente un vagabundo. ¿Excremento? quizás si, quizás no, y los perros les orinan. No se si será casualidad o cosas de la vida, no me detendré a indagar sobre el asunto. Pero regresando a lo del viejito. Muchos le veían tomar la vereda colina arriba, otros decían que vivía en la calle pero realmente nadie sabia con certeza de dónde había salido. 

Aquel Domingo en la noche, yo estaba escuchando el Orpheus de Stravinsky, y bebiendo una cerveza a la puerta de mi casa. Era una noche de esas calurosas con un aroma riquísimo y que hasta pesa irse a la cama. Había luna llena y bastaba perfectamente como para poder prescindir de cualquier otra iluminación. Mas sin embargo yo tenía encendida la luz delantera. Me entretenía en mirar hacia el sembrado de cebollas y mis perros estaban conmigo. De pronto comenzaron a ladrar y vi aproximarse una figura, se trataba de aquel viejito rijoso cargando su costal, parecía un poco fatigado e indefenso.

-¡Buena noche! -me dijo- siento haber asustado a tus perritos.
-Ellos están bien -contesté
Bajé un poco el volumen del estéreo con el control remoto. Noté que su costal estaba casi lleno. Lo descansó sobre el piso. Y dejó escapar el aliento. Los perros comenzaron a ladrar.

-¡Calma, calma!  es amigo... .y dirigiéndome al anciano añadí- Yo le he visto antes a usted...
-Yo también a ti. Trabajas en la estación de la avenida ¿verdad?
-Así es. ¿Qué recoge en su costal?
-De todo, especialmente papel y cartón. No deja mucho pero al fin de cuentas para que quiero mucho si no tengo en que gastarlo. ¿A quién podría dejarle tanto dinero?
-Me parece algo muy atinado -respondí-
Recordé que arriba en la habitación desocupada tenía un altero de revistas y periódicos que me estaba estorbando, así que le dije:
-Creo que tengo algo que darle. ¡Venga pase!
-No estoy seguro de si eso es buena idea.
-¿Qué? … ¡Oh claro! Ellos no le harán daño, se lo aseguro...
Abrió la verja, los perros se levantaron y comenzaron a olfatear circunspectos y desconfiados alrededor del desconocido.
- Son buenos animalitos...
-Espere aquí, puede sentarse, ¿Quiere una cerveza?...
El dudó...
-¡Esta fresca...! -añadí
-Bueno hoy es una noche particular, está bien -dijo
-Entonces regreso en un momento.
Le dejé con su cerveza y fui a buscar el altero de revistas. Eran pesadas y realmente dudé si podría con toda esa carga.
-¡Eso es muchísimo dinero! -dijo cuando miró el montón.
-Estaban aquí cuando me mudé. No son mías. Jamas me fumaría esto...
Entonces el comenzó a mirarlas. Te lo agradezco mucho, me gustaría darte algo a cambio.
-No por favor...
-¿Entonces puedo tomar otra cerveza?
-Claro.
Fui a la nevera y saqué dos. Dio un trago largo...
-¡Ahjjjj! Esta muy buena. Así fresquita... en otro tiempo yo fui buen bebedor de cerveza, hace mucho cuando estaba casado y tenia un hogar.
-¿Un hogar? -dije- ¿Quiere decir que ahora no lo tiene?
-Por supuesto que lo tengo, vivo muy cerca. Pero antes era un verdadero hogar ¡tu sabes!
-Una buena vida... -Apunté 
-Claro... y una mujer, un hijo, y un auto... y como tu dices, era una excelente vida.
-¿y qué pasó?
-Bueno, yo era profesor de filosofía en la universidad... puedes buscar mi nombre en los archivos del setenta y siete... si tu quieres... mi nombre es...
-No es necesario -Interrumpí- ¿Y qué sucedió?
El anciano me miró y agachó la cabeza.
Pensé que había sido demasiado indiscreto, le pedí disculpas, pero el siguió sin contestar.
-¿Tienes un cigarrillo?
-Lo siento no fumo. Pero tome otra cerveza...
-aún tengo, -dijo el viejito
Sacó una colilla de a medio fumar del bolsillo de su chaqueta y la encendió.
Los perros ladraron de nuevo.
-¡Calma, calma...!
-No les gusta el olor a tabaco.
-AJAMM...
No le importó el comentario. Y siguió mirando hacía el sembrado, como escudriñando mientras atacaba la colilla.
Los perros se hicieron un ovillo y se echaron de nuevo a mis pies. 
Y habló.
-Bueno, sucedió que una noche, me encontré con un hombre y me enseñó su secreto.
-¿Qué secreto? -dije
-Me enseño a volar.
-¿Quiere decir a pilotar una aeronave?
-No, a volar. Como las aves.
Casi suelto la carcajada.  Tuve que reprimir la risa una vez mas. Entornó sus párpados cuando dio otra calada al cigarrillo. Estaba compartiendo mi cerveza con un demente. Y entonces me quedó claro que su condición se debía a su locura.  Pero me comporté con mucha cortesía. Y pensé: ¡Finalmente es un loco inofensivo y hasta divertido!
-¿Ah volar? -dice.
-Como lo oyes. -Hubo un silencio-  Soltó una risa sarcástica y dijo: -Creo que tu también piensas que estoy loco.
Rasgó la colilla en su zapato y bebió cerveza.
-Es natural... -Añadió. 
Me limitaba a escuchar bebiendo de mi botella. 

-No es una historia muy larga. Todos pensaron que había enloquecido y mi mujer me internó en un manicomio. Me trataron con electrochoques al principio, agua fría, medicinas que me impedían pensar y luego me recluyeron...
-¿Y cómo salió?
-Volando , hijo, volando.
-¿Y su mujer, y...?
-Lo perdí todo muchacho, todo... pero no me importa. Familia, empleo, amigos, respeto... ¿Sabes porque?... la razón es que tengo lo que nadie puede comprar. Si quisiera podría ser inmensamente rico. 
Debo aceptar que los locos son geniales. Pero dije:
- Pues eso no puede ser cierto. No se ha sabido nada de que alguien se haya fugado de un manicomio volando. 
-¡Salí sin que me vieran! Después pensé que era mejor que todos creyeran que estaba loco si quería vivir libre... ¿Entiendes?
Resolví dejar de contradecirle al fin de cuentas estaba mas demente que una cabra... 
Levantó los hombros. Miró hacia la Luna.
-¡De verdad es una buena noche!
-Si que lo es -contesté
-¡Es lamentable!
-¿Qué es lamentable?
Ignoró esto último.
Estuvo unos instantes en actitud reflexiva, evocativa. Luego dijo:
-La mente es increíble. Solo basta con desearlo de verdad y volarás. No esperes lograrlo a la primera. Debes mentalizarte, todo consiste en mentalizarte.
-¿Telequinesis?
-No lo sé.
-¡Ah ya entiendo! Al fin me sentí como un estúpido. Su volar se refería a soltar la mente de sus ataduras. Ahora todo me parecía mas coherente. Aquel hombre me había estado hablando en metáforas. Entonces pensé que era un poco sinverguenza.  
Uno de mis perros se arrimó al desconocido, este le palmeo la testa.
-¡Mira, le gusto!
-Claro -dije.
-Bueno, es algo tarde, será mejor que me vaya, no me gusta importunar. Gracias por las cervezas, tu obsequio y tu charla. Piénsalo. Solo hace falta concentración.
-Si -dije- seguro. ¡Gracias por decírmelo!
- No me lo agradezcas.
-Bueno será mejor que me vaya.
Comenzó a juntar sus cosas. Le ayude a hacer un atado con las revistas.
-¿Podrá con todo eso?
-¿Ya me las arreglaré? -dijo él.
Regresé a mi silla de la entrada y destapé otra cerveza. Esa noche no iría a la cama. Bebería mas y mas cerveza. ¿Qué otra cosa puede hacer el solitario?
 El viejito se sujetó el costal al hombro con unos tirantes zurcidos y luego cargó el montón de revistas. Cuando terminó se irguió un poco y comenzó a ¡ELEVARSE! y a unos veinte metros se alejó deprisa ¡VOLANDO!
Arrojé el bote de cerveza y me levanté para ver en aquella dirección. Solo pude distinguir una forma negra pequeña  tras una luna muy grande y cercana.
Recogí la lata de la cerveza y me quedé examinándola muy preocupado.
Después ya no pude verle. Erguí mi cuerpo y cerré los ojos pero no paso nada. ¡Algo debió poner en mi cerveza! Pensé. Volví a intentarlo pero sin resultados. Nunca volví a verle.
Un perro aulló en algún sitio, por la lejanía. Y la Luna y la noche continuaban hermosas.
Y como dijo el viejito esto nadie lo creerá, y yo no pido que tu lo creas.


miércoles, 10 de octubre de 2018

Crepúsculo


Crepúsculo









Ha parado de llover, o al menos las lluvias se presentan mas ocasionales, desciende la temperatura. Es la hora del crepúsculo, y es un bonito crepúsculo; masas de nubes bien distinguibles en un cielo limpio con tonalidades de naranja. Muy relajante. Me gusta mirarlo. Sobretodo con la luz apagada... aveces acompañado de algo de buena música. De preferencia Chopin, o algo de Schubert... pero la mayoría de las veces así, en silencio, tan solo en silencio físico y mental.


lunes, 8 de octubre de 2018

El mundo es mi representación


El mundo es mi representación

He estado meditando un poco sobre el concepto de “Ilusión” el famoso enunciado que Schopenhauer maneja al principio del primer capítulo de su obra mas importante “El mundo como voluntad y representación” y aquí muestro un extracto:

«El mundo es mi representación»: esta es la verdad que vale para todo ser viviente y cognoscente, aunque solo el hombre puede llevarla a la conciencia reflexiva abstracta: y cuando lo hace realmente, surge en él la reflexión filosófica. Entonces le resulta claro y cierto que no conoce ningún sol ni ninguna tierra, sino solamente un ojo que ve el sol, una mano que siente la tierra; que el mundo que le rodea no existe más que como representación, es decir, solo en relación con otro ser, el representante, que es él mismo...>>

Pero como el reconoce párrafos mas adelante ( y sobre lo que es sencillo quedar convencidos con un somero repaso por los textos de la doctrina “Vedanta Advaita” los “Upanishad” y demás textos hinduismos sin pasar de largo por el “Yoga Vasistha” ya lo he mencionado en otra ocasión) la idea ya se venía manejando desde tiempos muy antiguos. Era una verdad bastante machacada y dice en el mismo primer capítulo.

Esta verdad no es en modo alguno nueva. Se hallaba ya en las consideraciones escépticas de las que partió Descartes. Pero fue Berkeley el primero que la formuló claramente: con ello ha contraído un mérito inmortal en la filosofía, si bien el resto de sus doctrinas no se puede mantener. La primera falta de Kant fue el descuido de ese principio, tal y como se ha explicado en el apéndice. En el último de sus tratados: On the philosophy of the Asiatics;
Asiatic researches, vol. IV, p.164, W.Jones atestigua lo tempranamente que la sabiduría hindú conoció esa verdad fundamental, ya que aparece como el principio fundamental de la filosofía vedanta atribuida al Vyasa”

Lo anterior no se refiere a una negación del concepto de “materia” en otras palabras: no afirma que los árboles, las rocas, el mar no exista; que sea una especie de fantasía o efecto de birlibirloque, de encantamiento o magia... pues sería una estupidez pensar en algo semejante.

Pero a menudo tomo consciencia de lo tangible de esta verdad. ¡Y como nuestra representación puede ser tan frágil y verse alterada por una multitud de factores!
Incluida nuestra apreciación al arte. Las drogas alteran esta forma de percepción y son a mi ver el ejemplo mas claro de la alteración de nuestra representación del mundo. Por ejemplo:
Me acuerdo de la primera vez que probé el Cannabis... me regalaron un cogollo... y arranqué un trocito y comencé a mascarlo...
Estaba gomoso resinoso... y en la boca se escuchaba "Squitzzz, Squitzzz, Squitzzz..." 


Pasaron 20 minutos... y me dije:
-¡no se siente nada...! cogeré otro pedazo...
Arranqué otro pedazo, tres veces mas grande que el anterior y me lo bajé con un buen trago de cerveza.
Lo que mi experiencia no me iluminaba era de que aquel, era del tipo de Cannabis mas  mordedor y ponzoñoso que pudiera haber...
Para quién no lo sepa el Cannabis si suele tener efectos alucinógenos.
Recuerdo que fui a la cama a leer pero como no me podía concentrar, puse algo de música y regresé a la cama. Estuve un muy buen rato así, inmerso en una sensación de frustración. Hasta el momento no había notado ningún síntoma fuera de lo común. Y comencé a dudar (como todo primerizo) si no me habían dado gato por liebre.
Todo sucedió muy repentino. De forma rápida, fugaz, vi como una araña negra de unos cinco centímetros estaba trepando por mi brazo y recuerdo que me lo tomé con mucha tranquilidad
-¡JAJA! una araña...
Me tiré a la cama nuevamente, y al instante me levanto como un condenado...
-¡Mierda una araña! -exclamé
Busqué la araña por toda la cama y no había nada.

Lo siguiente fue una alteración en la percepción del color rojo. Todo lo veía mas caliente, el blanco era blanco pero con algo de matices rojos, un poco anaranjado, no sé si me explique. Luego comenzó esa sensación de distorsión, como si las cosas estuviesen echas de gelatina. Y la sed..., una sed intensa.
Claramente podía percibir como si mi temperatura corporal se hubiese disparado hasta 45° me alarmé un poco. Fui por el termómetro y era de 36.4° si mal no recuerdo. El termómetro se me cayó al piso y el mercurio se desperdigó. Algo muy notorio que recuerdo es que cualquier objeto lo examinaba con un interés especial. Realmente convencido de que había algo interesante en ellos. Y aquí es donde entra una vez mas el concepto de “El mundo es mi percepción”
En ese estado mi consciencia percibía las cosas de una manera distinta a lo común. Lo que no era tan bello me parecía mas bello, lo que no era feo lo hacía ver en lo que parecía su estado mas objetivo... Algún día me extenderé mas sobre todo esto. Aquella experiencia fue muy divertida, una especie de juego. Pienso que podría servir para ejemplificar de una manera mas o menos próxima esa frase "El mundo es mi representación"
Por último. Existen algunos libros muy interesantes que tratan el tema de la percepción y las drogas de una manera mas exhaustiva...
Aquí les dejo la lista con tres de los mejores ejemplares para quién desee ahondar en el tema.

1.- Las puertas de la percepción--- Aldous Huxley
2.- Sobre el Hachís --- Walter Benjamin
3.-Paraísos Artificiales --- Charles Baudelaire

lunes, 1 de octubre de 2018

Noche de Otoño



Noche de Otoño

Primero las tardes se hicieron mas frías y húmedas. El cielo se cubrió y de vez en cuando se dejó sentir una lluvia fina y escueta, alternadas con otras mas fuertes que arrastraron el fango y piedras colina abajo. Cuando finalmente parecían a punto de soltar, la temperatura subió y todo el fango depositado en la carretera proveniente de la ladera se secó y los autos levantaron una nube de polvo al pasar. 
Tres días consecutivos sin lluvia y cielo encapotado durante la noche. Pero las últimas lluvias del Verano comenzaron nuevamente la penúltima semana de Septiembre y se mantuvieron toda la primer semana de Otoño. 
Neblina por las mañanas, sol, y tormentas. Verdaderas tormentas por las tardes; quiero decir, truenos relámpagos, colinas desgajadas, calles inundadas. Verdaderas trombas. Por la mañana todo como si nada hubiese sucedido, los pajarillos trinando, el cielo despejado. Un sol que parecía sonreír. ¡JAJA!
En todo ese tiempo las nubes manutuvieron cubierto el cielo desde media tarde al amanecer del día siguiente. 
Finalmente a la segunda noche de esta semana y de la última lluvia, una estrella se mostró nítida tras un hueco de las masas de nubes. El cielo escampó por un instante. Debía darme prisa. Las nubes dieron paso a la luz lunar. La noche se hizo clara. La tierra húmeda. Y ahí esta; es simplemente una noche de Otoño. La imagen lo dice todo. No hay nada mas que agregar. He esperado mucho para sacar esta instantánea. Mirando al cielo todas las noches.
Significa mucho para mí en lo sentimental. Es un secreto. Algo simbólico. Tiene que ver con cierta posición de las estrellas que se repite año con año y se configura solo en esta estación hasta el inicio de Primavera.
Siempre he creído que mirar el cielo tiene su encanto; pero un encanto romántico y melancólico.