Wikipedia

Resultados de la búsqueda

sábado, 24 de julio de 2021

El Espíritu de masa


 Algunas veces me pregunto por que, por lo regular, es tan sencillo conseguir implantar ideas (a todas vistas) erróneas en la mente de un grupo de gentes. Y mas aún, lograr controlar o encaminar voluntades y conductas. Naturalmente que una respuesta válida sería la ignorancia, pero la ignorancia por si sola no logra explicar de forma completa el problema. He notado que a la ignorancia, falta de criterio, o inclusive en mentes mas despiertas se le suma lo que se denomina algo aún mas fuerte, que incluso puede llegar a doblegar el criterio: “el espíritu de masa” el espíritu de masa descansa en el saber pertenecer a ciertos ideales, causas, o entidades. El creer que somos parte de algo mas grande y que nuestros actos están encaminados al bien colectivo que nos obliga a ejecutarlo o a promover cierta unión.

Un experimento mental para tratar de ilustrar podría ser el de suponer lo siguiente: Imaginemos que pertenecemos al alumnado de una institución educativa con el derecho a la libre expresión. Además supongamos que todos los alumnos, salvo algunos colegas, son desconocidos entre si, y que el único hilo conductor que los une es el ser compañeros de la institución y alumnos. De pronto, nuestra institución educativa decide imponer una nueva metodología que causa un sentimiento de molestia a los alumnos. Nadie se atreve a alzar la voz de forma aislada. De pronto, al fin, alguien surge. Convence al resto de que aquello es una decisión arbitraría y aunque la decisión sea para mejor; inflama de inmediato una llama de inconformidad. La voz se corre, nacen dos bandos contrarios y a la par nace algo que se denomina; el espíritu de masa. Entonces en cada uno de los miembros se deja sentir una fuerte unión, unos lazos de solidaridad grupal y apoyo mutuo entre desconocidos que arrulla la idea de ser parte de algo. Ese ímpetu o energía; impulsa, levanta la moral pero tiene la particularidad de enceguecer el razonamiento y caer de forma fácil en cualquier otro tipo de arbitrariedad, fanatismo o injusticia y falta de respeto. Pero que dirigidas de manera apropiada (en algunas ocasiones) puede ser un vector para iniciar un cambio benigno. (Aún esto último es un tema a discutirse, enfrentarse al hecho de determinar si apoyar algo de forma no meditada o embaucada es proclive al bienestar)

Tal fenómeno denominado “espíritu de masa” es imposible de experimentar de forma aislada y solitaria, ni siquiera militando a través de medios digitales (no mediáticos) debido a la ausencia de un líder. Todo intento de unión por medios digitales carece de la fuerza que la unión de masas inflama en cada uno.

Es un impulso efervescente que se apodera de la mente, bloquea el razonamiento y ofusca los sentidos. Enciende la pasiones. Entonces el tipo de a lado y el de mas allá y el de mas allá es tu colega, tu camarada, tu hermano. El hecho de la colectividad física provoca un sentimiento de unión de ser uno solo, de ser tomado en cuenta y corresponder. Algo, como ya decía, complicado de sentir de forma aislada o solitaria. 

De cierta manera es un fenómeno que pasa a expresar el éxito de quienes desean persuadir a la gente para un determinado fin. Llamarles a congregarse y formar una masa a quienes tienen en la mano con un poco de retórica o mucha retórica. Haciendo uso de esa comunicación no verbal, de esos sentimientos o ideas que solo se transmiten por gestos o expresiones. Pues no todo se puede comunicar mediante palabras.  Sin duda un recurso al que todos los políticos recurren.

Lo dejo sometido a su análisis... 

domingo, 11 de julio de 2021

Dedicado a un desconocido

 


Puedo sentir el dolor donde otros no lo sienten. Te contaré algo que presencié en otra ocasión. Me encontraba descansando bajo la sombra de un escaparate de una tienda de la avenida Francoise Duparc. Entonces mas de alguno de los que me conocen sabe que en aquellos días yo trataba de encontrar un hombre feliz. En realidad todo consistía en un inocente juego, trataba de apostarme sobre aquella avenida o cualquier otra de mi elección y observar a la gente. Asignarle un oficio o profesión, imaginarme una clase de vida, darle una familia o ninguna. Hacía un esfuerzo por penetrar en esa piel. Sentirme esa misma persona. Creo que todo se debía a que en algún sitio escuché que los escritores eran capaces de cambiar de vida una y otra vez. Algo demente. Pero en aquel momento mientras descansaba miré venir calle abajo a un invidente y a juzgar por mis observaciones y los colores de su bastón era invidente y sordo. Su piel estaba tostada por el sol. La avenida era ancha, los autos transitaban a toda máquina. Yo continuaba observando aquel hombre, al que le había comenzado a estructurar una hipótesis de vida en base a su apariencia mas externa. Me encontraba tratando de penetrar en aquel muro, cuando veo que va directo a un poste indicador de tráfico. Grité pero era inútil. Los autos continuaban interminables. No había nada que hacer. Cerré los ojos y miré a otro sitio.
Cuando los abrí el hombre estaba ahí de pie, se tocaba la frente y estaba solo ahí de pie, desconcertado. Acomodó sus gafas y prosiguió su camino. ¿A dónde se dirigía sin compañía alguna? Quizás a ganarse unas monedas. Aquel bastón era su único apoyo en el mundo.
Entonces comprendí que mi búsqueda sería inútil y me largué de ahí. Aquello había sido suficiente. Pensé que algún día tendría que escribir sobre eso y aquí está. Es esto.

miércoles, 7 de julio de 2021

Sobre las virtudes y el enamoramiento.

 

Sobre las virtudes


He estado pensando mucho sobre las virtudes. En el contexto de aquello que nos caracteriza. Lo que nos configura el carácter. Lo que nos permite ser especiales; diferentes al resto de la gente. Creo que todo hombre debería saber identificar eso que le confiere chispa, ánimo y brillo. Debe saber identificar su llama (aunque solitaria y pequeña) y hacerla nutrir. Luego tendrá el deber de evitar por todos los medios que se extinga. Que perdure a lo largo de la vida pues es energía vital en su máxima expresión.

Tarea ardua y compleja considerando lo frágil que es perder esa chispa ante todos los agentes externos a los que nos vemos sometidos a lo largo de la vida: las desdichas, los amores, los desamores, las desgracias, las falsas apreciaciones, incluso la perdida de nuestra voluntad. Todo lo que doblega el carácter. 

Pero la formula consiste en saber conocer esa naturaleza de uno mismo e identificar de que lado soplan los vientos para no perder el rumbo de nuestra propia naturaleza. Y entonces así la vida (al menos) cobraría un sentido y nuestro epitafio rezaría “Aquí yacen los restos del que fue un hombre original”

Pero en base a lo anterior, podría fácilmente argumentarse que la muerte nos devuelve a la naturaleza y que al final, todo carece de importancia con su llegada y que por lo tanto todo atisbo de vanidad es solo eso; una vanidad insustancial. Mas sin embargo no se puede hablar de Vanidad cuando se trata de proteger y enaltecer nuestras virtudes naturales sin importar la admiración de los demás. La vanidad no cobra sentido alguno sin la admiración de los otros. El saber reconocerse así mismos está mas allá de un asunto de vanidad.

 

Sobre el enamoramiento

Cuando encuentras una persona de manera fortuita; la observas, tus sentidos se ponen al máximo, no la pierdes de vista, tejes en un momento toda una situación hipotética, le acechas y declaras “Me siento enamorado” ¿A qué se debe tal declaración? ¿Cómo podemos argumentar que estamos enamorados cuando no sabemos nada de nada de esa persona a la que hasta el momento nos es extraña y quizás seguirá siéndolo?

Naturalmente que la explicación mas coherente reside en la atracción física que capta el subconsciente  y nos lleva a creer que junto a ese ser humano estaríamos en condiciones de alcanzar la felicidad. Y después de todo: ¿Quién en esta vida no aspira a la felicidad? Eso que llamamos felicidad es la cesación de nuestros sufrimientos.

Han sido muchas las veces que he declarado haberme enamorado sin conocer nada sobre esa persona en particular. En la mayoría he descubierto siempre una componente de atracción física que aveces no es consciente y que me lleva a argumentar que sería feliz junto a aquel ser humano. Y cuando se te permite conocer mas de cerca al objeto del idilio; saber lo que piensa, conocer su temperamento, su carácter, sus sentimientos mas íntimos... llegamos a una situación con dos posibilidades que nos llevan a ser afortunados o desafortunados.