Wikipedia

Resultados de la búsqueda

sábado, 24 de septiembre de 2022

Lo que me asombra de un ente gregario humano

Buen ejercicio de contemplación es observar un vecindario.

Cuanto me sorprende el hombre en su conducta.

Se odian con fuerza y gracia, pero:

Cohabitan, conviven, "nos miramos" frente a frente todas las mañanas a la salida rumbo al trabajo.

Juran, maldicen, se muestran el dedo medio sacando el brazo por la ventanilla del auto. Sus bocas espumean. 

¿Alguna vez han contemplado de cerca la boca de una persona llena de ira? sugiere un sumidero pútrido y fétido.

Sus ojos centellan por suprimir a su congénere molesto.

Un saludo escapa bajo, sibilante y forzado de entre sus incisivos frontales acompasado por un movimiento de cabeza.

Pero la vida del vecindario sigue adelante. Ninguno de ellos (salvo los mas originales y especiales) deciden largarse a un campo aislado. Una colina deshabitada o a una choza sobre un acantilado rocoso a cuyo pie solo atruena el sonido del mar inclemente.

Fue Ezra Pound quién dijo:

"Cuando considero los curiosos hábitos del hombre, le confieso amigo, que me sorprendo"

Es pues su conducta de rebaño en pugna con su sentimiento de desdén y egoísmo lo que me asombra.

Y ahí continúa la vida entre casitas erigidas a unos metros de distancia. Porque si las cañerías se obstruyen y la mierda desborda. Habrá que llamar a alguien.