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viernes, 28 de abril de 2023

El Hotel del Voyeur

 

En 1980 el periodista estadounidense Gay Talese recibe una carta anónima: Un sujeto de Denver dice ser propietario de un hotel. No es un hotel cualquiera, naturalmente. Es un hotel bastante limpio, ordenado, acogedor y de habitaciones frescas en Verano, además de un sistema de observación instalada en el ático. Un entramado de pasillos diseñado y construido en secreto por el mismo propietario, quien a la fecha de la carta había pasado alrededor de un par de décadas observando el sexo de los huéspedes con fines de estudiar el comportamiento humano. Así. Tal cual él lo refería en la carta: “No soy un Voyeur cualquiera, mis intenciones son enfocadas a entender el comportamiento del ser humano en un acto exclusivo, reservado y privado. He registrado todo en las páginas de un diario...” Aunque si había una componente erótica. Y ciertamente. La conducta de los seres humanos ante el sexo es bastante peculiar. Desde prácticas especiales, algo especiales, comunes, intensas, sexo aburrido de cinco minutos a oscuras y cubiertos con las mantas, sexo homosexual, transformistas, conductas absurdas, gente que mea en el lavamanos, sexo oral, tipos que se limpian con la sábana al terminar. Estafadores de señoras mayores y solitarias, tipos que no entienden el acto del sexo mas que obedecer a un instinto fundamental. Gente desbordada por los problemas económicos que llegan discutiendo con su pareja sobre dinero, bombean durante cinco minutos, apenas se alivian y continúan discutiendo por dinero. Es decir. ¡Deprimente!

El autor de las cartas menciona algo así como:

La vida del ser humano es triste y deprimente, ante los demás aparentan, frente a la intimidad del sexo se conoce la verdad”

Gerald Foos” se llamaba el propietario del peculiar hotel. Y aveces gustaba referirse a él mismo en las páginas de su diario como “El Voyeur” poseedor, junto son su esposa, de un secreto inconfesable que le podía llevar a los tribunales, el cierre de su negocio y un problema bastante gordo.

He estado inmerso en su lectura. Es un libro bastante ameno.

Y yo me pregunto: Mas allá de lo que se pueda pensar: ¿Qué lleva a una persona el convertirse en un Voyeur? Posiblemente todos los seres humanos seamos “Voyeurs” en grados diferentes. Aquí estoy yo por ejemplo, como lector soy igualmente un Voyeur. Me gusta observar el comportamiento humano, aveces escribo desde ese conocimiento impersonal que tengo sobre los demás. Mi etapa de infancia hasta la adolescencia está plagada de pequeñas experiencias Voyeur. Era un joven a la zaga de observar cualquier conducta humana que me produjera atención y la sensación de estar saltando una prohibición, algo de excitación y morbo. Y en esto último me detengo ¡Lo morboso! ¿Por qué morboso?... El sexo es una mecanismo biológico para permitir la reproducción y evitar la extinción de la especie. ¿Cómo logra la naturaleza semejante proeza? Con una especie de deseo intenso, que sacude y provoca que el cuerpo humano se retuerza en el piso y los individuos escupan espuma negra por la boca. Es uno de los deseos mas intensos y violentos a los que un ser humano puede estar sujeto. ¡Imposible luchar con un deseo de tal magnitud! Además no hay razón de hacerlo. No soy una persona que promueva la castidad, pero si defiendo la necesidad de desarrollar cierto autocontrol ante una fuerza tan vehemente. Y es así porque el sexo es de una fuerza tan violenta que si nos abandonásemos a ella los resultados podrían ser desastrosos, tanto para el sujeto mismo como para los demás. La solución es comprender la naturaleza del acto sexual. ¡Es un mecanismo natural! Después de todo ¿Qué hay de extraño? Si el sexo es reproducción. Si el sexo es natural ¿Cuál es la razón de censurarle?. Existen en la sociedad muchos otros actos realmente nocivos y están ahí; sin censura, en la tv, en el día a día.

Si hacemos del sexo un tabú ello engendrará morbo, engendrará Voyeurs. No estoy manifestando que debamos follar o masturbarnos en vía pública (aunque para gustos...) pero si hacemos de un acto natural y biológico un misterio oscuro, lleno de vergüenza, ante el cual se debe evitar hablar y escondernos; entonces como humanidad hemos creado un problema. Habrá misterio y prohibición y si hay esos dos factores habrá verdadero degenere.

No se otros. Pero creo que si se analiza el problema se logra percibir la naturaleza que hay en el fondo del acto sexual, podremos lograr contemplarlo desde otra óptica, y no tendremos la necesidad de desarrollar ningún tipo de resistencia al deseo, pues el autocontrol vendrá in -situ, sin reprimir y disfrutando.


Vale la pena leer el libro. He visto comentarios negativos hacia el mismo. A muchos les parece tedioso. No entiendo que es lo que pretendan encontrar (cada quién encuentra lo que busca) pero eso es debido a que es una trabajo de periodismo destinado para gente que toma los asuntos con la suficiente seriedad, y que busca entender y reflexionar los fenómenos de una manera mas profunda.

Y como dice el autor del diario “Hemos de educar a la gente con la verdad, no adoctrinarla; enseñar hechos, no falacias...”