Wikipedia

Resultados de la búsqueda

viernes, 14 de octubre de 2022

Teoría de la rueda del Hámster



Cada uno de nosotros se encuentra encerrado en una esfera. Como un Hámster que corre dentro de su rueda y le provee la ilusión de ser libre.

Esa esfera corresponde a nuestra realidad. Al igual que el Hámster podemos movernos. Tenemos la capacidad de hacer rodar esa esfera junto con todos nuestros ideales, nuestros deseos, nuestros temores, nuestro ego, nuestros sentimientos de frustración, envidia, coraje, rabia, mentira. Podemos también aproximarnos unos con otros. Pero no asirnos. No fusionarnos de forma alguna.

El apego solo es el ego levantando una ilusión de autoengaño. El asunto es que podemos comunicarnos, podemos pretender entender al ser de la otra esfera (llámese empatía) no hay tal empatía. Es imposible penetrar en el mundo o esfera del otro. Solo podemos autoconer y profundizar en nuestra propia esfera. Creemos comprender que entendemos el sufrimiento ajeno por experimentar algo parecido. Esto es el ego temiendo, o recordando lo que sufrió o podría sufrir. Lo mas cercano posible a esa empatía es la compasión. Y a ella solo se llega mediante el autoconocimiento y el análisis del ego y las ilusiones.


Aún cuando los seres humanos nos juntemos en matrimonio pretendiendo unir nuestros mundos ¡no existe semejante unión trascendental! Estamos solos en nuestra esfera y mundo particular. Padecemos solos, disfrutamos solos y nos autoengañamos.

Erigimos nuestras ilusiones de apego y codicia en soledad. Aún en un intento desesperado por lograr una compenetración los amantes recurren al coito. Entonces el coito para el ser humano cumple dos funciones, la principal y natural; la perpetuación de la especie. La segunda: una ilusión de unión. De entendimiento y solidarización. Un afán desesperado por poseer al otro. Por satisfacción del ego. Por la necesidad de huir del miedo. Y el acto ilusorio funciona por instantes. Lo cierto es que tal fusión de mundos particulares nunca se logró.

En una toma de alejamiento, nuestras esferas deambulan suspendidas en un éter inconmensurable, infinito, un espacio negro sin direcciones, y sin sentidos. Son pequeñas. Cientos, miles, miles de millones de esas pequeñas esferas yendo de un lugar a otro sin una importancia para el curso de la galaxia. Estamos solos. Por ello el autoconocimiento, y la búsqueda de la verdad respecto a los estados ilusorios es la única forma de conseguir lograr la paz interna. Cuestionamiento y meditación.