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miércoles, 13 de noviembre de 2019

Y sin embargo se mueve




Galileo como hombre de ciencia llegó a la conclusión de que, en realidad era irrelevante el hecho de convencer que la tierra se mueve en torno al sol. El llegó a la conclusión de que era así. Su deber era anunciarlo. No pedía credulidad. Tenía las bases para demostrarlo, como no tenía necesidad de que le creyeran o no. Ahí estaba. Era un hecho ajeno a él. Como hombre de ciencia se limitaba a señalar, razonar, mostrar y listo. Se podría argumentar que obró son sabiduría e indiferencia, y no por cobardía. Por mucho que no le creyesen, nada cambiaría la verdad. ¡Y sin embargo se mueve!
Caso distinto el de Sócrates, al ser un hombre de ideas complicadas de demostrar, y aveces indemostrables, se veía continuamente en la necesidad de defender a capa y espada su concepción de las cosas y la vida.
Existe una diferencia enorme entre estos dos casos. Ciencia vs filosofía.
Intentaré ser mas explicito: Sócrates era sus ideas, sus ideas eran Sócrates; no podía traicionarse a sí mismo. Galileo señalaba: ¡Heyyy, miren, miren eso: la tierra se mueve alrededor del sol, Copérnico tenía razón! Tómenlo o déjenlo, da igual. El tiempo hará su trabajo, y con su permiso tengo muchas lentes que perfeccionar. 
No podemos negarnos a nosotros mismos excepto que sea para un cambio. Para corregir y echar a tierra viejas ideas y vicios arraigados. En tal sentido sería injusto tachar a Sócrates de haber obrado con menos sabiduría.

domingo, 3 de noviembre de 2019

¿En qué creo?



La creencia supone inseguridad. Existe pues una relación tácita y consustancial entre ellas dos. Inseguridad es lo mismo que falta de conocimiento ante los objetos.
Existen las creencias de diversos tipos que resultan ciertas o falsas; lo sabemos por experiencia. El descubrimiento de una verdad parte de una creencia. Muchas ideas nuevas tienen su origen en una creencia.
Existen creencias que parten de hechos evidentes, comprobables, aunque aveces indemostrables; de todas las creencias estas son las que valen para algo.
La creencia en una amistad es comprobable, pues existen hechos que la evidencian, no obstante, a pesar que no es posible demostrar la amistad verdadera; y mas aún que tales hechos, no sabemos si son genuinos, y no obedecen a otro tipo de sentimiento.
Mas sin embargo es válido decir: “Creo en la amistad y creo en el amor”
Pero no considero así las creencias del tipo religioso (atribuyendo en este caso lo que comúnmente se entiende por religión) las creencias religiosas carecen de vestigios, carecen de puntos de apoyo y de algún tipo de soporte cualquiera, son flotantes, dogmáticas, se tienen que creer sin exigir ningún tipo de prueba. No son creencias que desemboquen en verdades, y mucho menos creencias constructivas. Uno puede proclamar “Creo en mi mismo” sabes que esto es genuino porque existe el autoconocimiento, y de todas las cosas que existen por conocer en este mundo, nosotros mismos somos el objeto mas inmediato.
El principio de todo pensamiento y descubrimiento de verdades parte de una creencia, por eso es falsa la idea de que exista lo que se llama un incrédulo puro.
Así mismo muchas hazañas se han visto impelidas por una creencia.
Existen creencias arraigadas desde la infancia, producto de la educación y nuestro contexto social que solo llevan a un estancamiento pleno. Nuestra tarea es saber discriminar y tener el carácter de deshacernos de muchas creencias de ese tipo. Distinguir entre las creencias que nos conducen a una verdad y las que solo benefician egoístamente o perjudican. 
Así entonces me justifico: "No soy un incrédulo, hay ciertas cosas en las que creo y no son pocas"