El fanático ignora. Su razonamiento se mira atrapado, apabullado por la complejidad de las preguntas a las que se ve impedido de contestar, de las que no es capaz de encontrar una respuesta satisfactoria y de las que ni siquiera es consciente de manera cabal. Anhela una sola respuesta simple y directa que le señale la razón de sus males. Males de los que no está seguro de su veracidad y aveces que le atañen indirectamente por ser miembro, o sentirse en el deber de pertenecer a una religión o un grupo social determinado. Así el nacionalista no está seguro, en realidad, de que el extranjero le haga un mal ciertamente. Pero alguien ha dicho por ahí que las cosas marchan mal, y eso se debe al extranjero, al ateo, al creyente, o al anacionalista.
La única diferencia entre un fanatismo y otro de diverso contexto es la gravedad de sus acciones. El fanatismo puede ir desde destruir, asesinar, una pelea a una discusión de palabras.
El fin principal del fanático es pretender encaminar a las ovejas descarriadas; usando la manipulación de acciones y mancillando la individualidad de los otros. Todo ello con el convencimiento de estar haciendo algo loable por los demás, aunque no se encuentre seguro de lo que pregona en realidad.
El fanático está convencido de que las cosas deben fluir de la manera que él cree que deben hacerlo para que todo vaya bien y los descarriados encuentren la dicha. No admite razón. En esto último reside la diferencia entre defender una postura desde una actitud abierta, sensata y racional a no admitir razonamiento alguno aunque las ideas que se defienden sean absurdas.
En cuanto al origen del fanatismo pienso que es un fenómeno que surge del miedo. De la necesidad de pertenecer a una identidad que nos aleje de lo que implica el desarraigo y la frustración que conlleva. Ese deseo de pertenecer a una secta, a una nacionalidad, y ser parte de esas ideas que aparentemente están ahí para dar un sentido a todo, es lo que impulsa a un hombre a caer en acciones fanáticas. Si no se está atento resulta muy sencillo caer en acciones o pensamientos de tal índole; pues sus mecanismos son muy sutiles y complicados de detectar. Característica huma muy estrecha con la naturaleza misma del hombre.
Es importante reconocer que existen diferentes tipos de fanatismo. No es lo mismo el daño que causa un genocida, un fanático sectario o político a un fanático del vegetarianismo. Pero no obstante la naturaleza última, lo mas visceral del hecho; posee la misma naturaleza. Fanatismo solo es intolerancia y negación a la razón. Todos poseen la misma característica irreflexiva e irracional. Es aquí donde debemos reconsiderar lo que significa poseer ideales; y si realmente un ideal nos conduce a unos seres mas libres. Naturalmente, se pueden tener ideales sin caer en fanatismo. No se debe pensar que por el mero hecho de defender una idea se incurre en fanatismo; para ello hace falta la componente de la intolerancia...
