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martes, 26 de marzo de 2019

Topografía de las lágrimas (Rose-Lynn Fisher)


Las siguientes fotos las extraje de una muestra del libro "The Topography of tears" de la fotógrafa Estadounidense Rose-Lynn Fischer, que luego de un periodo crítico, personal, que la fotógrafa estaba experimentando, tuvo la original idea de preguntarse: ¿Cómo se miran las lágrimas bajo el lente del microscopio?
Y aquí está el resultado. En lo personal me parece muy sugestivo.
Siempre he tenido un interés especial por las lágrimas. De chico me avergonzaba llorar frente a los demás. Siempre trataba de ocultarlas o buscaba un lugar íntimo para desahogarme, y me sentía tan bien. Ahora confieso no haber avanzado demasiado en el tema, quizás un poco, aún así prefiero hacerlo en soledad, aunque hacerlo en soledad no creo que sea lo mismo que avergonzarse. O Tal vez sea tema de gustos, no lo sé. Pero no obstante creo que el llanto es uno de los tesoros mas preciados que tenemos los seres humanos.
Como cualquiera, he visto muchísimas personas llorar, y siempre me siento especialmente conmovido. Es un poco raro tratar de explicarlo. Es como una sensación de calidez y sensibilidad y vulnerabilidad. Es algo que me permite revalorizárme mas como ser humano.
De niño, recuerdo, cuando iba a la escuela y de pronto alguien rompía a llorar frente a todos, se creaba un silencio abrumador. Nadie sabía que decir, o que hacer. Supongo que la mayoría solemos crecer con eso. No sabemos como actuar frente a alguien que rompe a llorar. Creemos que es nuestro deber tratar de consolarle. ¡Nos avergonzamos de las lágrimas! ¿Por qué? ¿Por qué avergonzarse de algo tan maravilloso?
¿Por qué los hombres labramos nuestra propia desdicha? ¿Por qué tenemos que hacer un problema de todo?
Bueno aquí pongo las imágenes. Para mí son altamente sugestivas, quizás convenga mirarlas con los ojos del espíritu, así como hacemos cuando leemos un poema: "tan solo ver y sentir"
Abajo de cada imagen se aprecia el título de la foto
Y los que crean que solo los ¡débiles! lloran yo les digo:
¡Soy humano, lloro! si eso es ser débil entonces soy débil y por mí: puedes irte muy a la mierda.

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jueves, 14 de marzo de 2019

Algunas notas sobre sexo (Sangharákshita)


Las siguientes notas sobre el sexo las rescaté de la entrevista realizada al monje budista Sangharákshita del texto: “El Budismo, el Sexo y la Vida Espiritual”
En un tema tan basto y complicado las siguientes notas me han proporcionado un poco mas de iluminación sobre el tema que me viene merodeando en la cabeza desde hace tiempo. ¿Por qué las sociedades suelen atribuir al sexo una importancia desmesurada? Estas notas han sido de una importancia relevante para tratar de enfocar mi vida sexual hacia la periferia.
El problema comienza cuando permitimos que nuestra vida se mueva en torno al sexo. No me refiero a convertirse en un reprimido, aquí la idea de “reprimido” no tiene cabida.
Pienso que el deseo sexual es un impulso tan poderoso que mal encaminado y sin consciencia plena de ello puede ser causa de mucho dolor; lo contrario a la fuente de descubrimiento que debería representar.
A quién sirva, dejo estos apuntes.

* * *

Cinco preceptos que constituyen el Código ético del budismo:
(No son imperativos, si no reglas voluntarias)
  1. Emprendo la regla de abstenerme de matar o hacer daño a otra vida.
  2. Emprendo la regla de abstenerme de tomar lo que no se me ha dado.
  3. Emprendo la regla de abstenerme de conductas sexuales dañinas.
  4. Emprendo la regla de abstenerme de mentir.
  5. Emprendo la regla de abstenerme de consumir sustancias que alteren la consciencia.

Todo aquel que participa en actividades sexuales tiende a establecer una relación de pareja, a traer niños al mundo... y a regresar al punto de partida.

El impulso sexual es muy poderoso. Desde un punto de vista general, es el que permite la perpetuación de la especie. Podría considerarse la mayor artimaña de la naturaleza. Si no existiese el impulso sexual y si se nos plantease, en términos racionales, efectuar lo que el impulso sexual nos lleva a realizar instintivamente, la mayoría no lo haría. Sin el deseo, sin el impulso sexual ¿se querría realmente traer niños al mundo, alimentarlos, educarlos...? ¡Habría que ser demasiado altruista para hacer esto por motivos puramente racionales!

También el sexo puede tener un efecto muy destructivo. Puede ser fuente de intensas ataduras y sentimientos de posesividad, de celos, de odios y de desesperación. Puede abrumar a las personas hasta tal punto que les resulta imposible seguir una vida espiritual, o pensar siquiera en términos del desarrollo superior del ser humano.
Supongo que desde la perspectiva del Buda el deseo sexual es una forma de avidez. El avidez es -por supuesto- un estado mental torpe  y los estados mentales torpes no nos permiten avanzar hacia la Iluminación. Para el budismo - sobre todo en el caso del budismo temprano y del Theravada - el deseo sexual es axiomáticamente torpe. Dudo mucho que cualquiera de éstos acepte que sea posible participar en cualquier tipo de actividad sexual sin que, por lo menos en cierto grado, dicha actividad sea la expresión de algún estado mental torpe.
La gente no es consciente de cuán poderosa es esta fuerza. Se experimenta su poder cuando uno intenta oponerse a ella. Lo habitual es dar rienda suelta a las conductas sexuales; entonces no llega a experimentarse su fuerza - excepto cuando surgen obstáculos presentando cierta forma de oposición familiar o algo así-.

Por tanto, dado que el budismo contempla el deseo sexual - al igual que otros deseos - como algo que nos ata a la Rueda de la Vida y que nos ocasiona renacer una y otra vez. Nos enseña que si en verdad no deseamos renacer, si realmente queremos seguir el sendero espiritual y alcanzar el Nirvana, entonces es necesario evitar el sexo. Y no sólo en el sentido de la abstención de actividad sexual, sino también con objeto de superar los deseos y las ataduras que encuentran expresión a través de la actividad sexual.





Además, debemos recordar que la apetencia sexual siempre implica a otra persona. Cuando se establece una relación personal, emocional o física, con otra persona en el contexto de una relación sexual, habitualmente se producen todo tipo de proyecciones psicológicas que, a veces, desembocan en situaciones muy complicadas e incluso negativas - cosa que no ocurre, pongamos por caso, con la comida o con el sueño-. Incluso la llamada "sana apetencia" por el sexo, si satisface conduce rápidamente al apego; y éste al surgimiento de sentimientos de posesividad intensos, de celos, de odio. Se podría argumentar que quizás para algunos sea posible disfrutar del sexo sin caer en ese tipo de actitudes; pero aún así es muy probable que en la mente de la persona hubiera una carencia de emoción positiva y que estuvieran presentes estados mentales torpes, no tanto de deseo neurótico como de explotación e indiferencia.

14. Habrás oído que se dice que en el momento del orgasmo se experimenta la disolución del ego y la fusión con la pareja...
Parece haber una confusión aquí entre sucumbir y trascender el ego. El ego se pierde en el sueño profundo; tampoco se es consciente en otras muchas situaciones; no porque se haya sido trascendido el ego sino porque, temporalmente, se ha regresado a un estado inferior de ego o de consciencia.
Y lo de "unión" es un disparate... ¡A menudo la gente que experimenta este tipo de unión durante el orgasmo cinco minutos después está discutiendo y peleándose!... ¿Dónde está la unión? ¿qué se ha conseguido? Si se lograse una verdadera unión en un sentido espiritual - y no en la línea de mutua enajenación - las actitudes hacia la otra persona podrían transformase totalmente... Las personas se volverían positivas afectuosas, cuidadosas... Cosa que raramente ocurre en la mayoría de las relaciones de pareja.

15. Pese a ello, el sexo suele considerarse una ruta vital -la ruta vital- que conduce a la plenitud y a la satisfacción emocional...
Me pregunto si la gente consigue alcanzar satisfacción emocional y plenitud con del sexo. El sexo proporciona algo de satisfacción y plenitud, pero con un período de vida muy efímero.
La satisfacción emocional y la plenitud son algo muy importante. Desde una perspectiva filosófica, el budismo considera que las dificultades humanas se producen al buscar la absoluta felicidad en algo que es incapaz de proporcionar absoluta felicidad. Busca la permanencia en algo que es incapaz de proporcionarle permanencia; busca lo real entre lo irreal. No hay cosa finita que pueda proporcionar infinita e ilimitada satisfacción y plenitud -emocional o de otro tipo-; y eso es lo que, con frecuencia, suele buscarse en el sexo. El sexo puede proporcionar a la gente una cierta dosis de satisfacción y de plenitud; pero no puede proporcionarle satisfacción y plenitud al nivel de sus expectativas o esperanzas.






17. Cuando alguien dice que su pareja es su mejor amigo o amiga, ¿crees que se está engañando?
La amistad y el enamoramiento sexual son dos cosas muy diferentes. La pasión sexual puede surgir y alcanzar su consumación física muy, muy de prisa. La amistad, en cambio, es como una planta cuyo crecimiento es mucho más lento: necesita bastante más tiempo para desarrollarse. Se llega a ser amigo de otros cuando realmente se les llega a conocer; cuando se desarrolla confianza hacia ellos; cuando se llega a sentir que realmente ellos nos conocen y nos comprenden. Y todo eso es completamente distinto al proceso del enamoramiento sexual.
En la mujer el deseo sexual está muy ligado al deseo de tener hijos. En el fondo tiene un deseo de maternidad y, por tanto, hay un deseo de que alguien la ayude y la cuide mientras tiene un hijo. No ocurre lo mismo en el hombre quien debe cuidarse de no adoptar una actitud auto-complaciente y puramente explotadora con respecto al sexo. Los hombres pueden desear hijos, pero raramente con el apasionamiento con que generalmente lo hacen las mujeres.

A través de los años he ido llegando a la conclusión de que la razón por la que las relaciones sexuales a menudo son tan complicadas, y a veces hasta desastrosas, es porque la gente las magnifica demasiado. Se tiende a construir toda una vida sobre ellas, sin que se dé lugar a que existan otras relaciones interpersonales serias... Ni con los padres, ni siquiera con amigos.


La fidelidad supone ser fiel durante un período largo de tiempo, especialmente en ausencia del amigo o la pareja. No sólo con relación al tiempo, sino que también incluye al espacio. Supone la capacidad para comportarse en ausencia del amigo o la pareja como si, de hecho, estuviese presente. Y sólo es posible comportarse como si estuviese presente si se tiene un fuerte sentimiento de su existencia cuando no está físicamente con nosotros.

Para que eso sea posible, se le debe tener en consideración más a un nivel "mental" -en términos budistas- que en uno físico. Se debe ser menos susceptible a cada estimulación pasajera, dar menos importancia a la experiencia de los sentidos, y vivir menos el instante de un modo olvidadizo. La fidelidad es una cualidad muy propia del ser humano, muy propia del Individuo; así como la amistad o el amor universal. Supone ser capaz de una mayor perspectiva, de imaginar, de sentir la presencia de alguien que no lo está físicamente. Eso supone no ver al otro como si sólo fuera un cuerpo; sino que debe tenerse consciencia de él como una mente, como un "espíritu" si se prefiere, relacionándonos con él de esta manera y en este nivel.
Por supuesto, la fidelidad es diferente al apego. Quizás no sea siempre fácil distinguirlos. La fidelidad es una cualidad y algo positivo, mientras que el apego no lo es. Ser fiel a alguien conlleva valorarlo por sí mismo; cuando se está apegado a alguien se está esperando algo de él para uno mismo.

He observado que los hombres y las mujeres pueden tener muy buenas relaciones, incluso relaciones sexuales, llevando vidas muy independientes y viéndose de vez en cuando. Si ambos tienen ya firmemente emplazado el ideal de la Iluminación en el centro de su mándala, han encontrado algo que compartir- su vida ya no se centra en torno a su relación de pareja y entonces, paradójicamente, la relación comienza a ser más satisfactoria y pueden relacionarse más como seres humanos. Puede establecerse un buen equilibrio entre verse con la necesaria frecuencia como para sentir que hay una continuidad en el contacto, pero no tanto como para llegar a sentirse atrapado o llegar a aburrirse de la compañía del otro.

Si se está involucrado en una relación heterosexual se piensa en uno mismo como "hombre" y en la otra persona como "mujer"; o en uno mismo como "mujer" y en la otra persona como "hombre"... En otras palabras, uno no se relaciona con su pareja como si se fuera éste un Individuo, sino como si tan sólo fuera un hombre o una mujer... Por ello, sólo tiene la oportunidad de expresarse la mitad de su "naturaleza" ; el ser humano no es sólo "hombre" o "mujer" sino que además tiene muchos otros aspectos potenciales.. . Si uno se relaciona predominantemente como miembro de este o ese sexo, no está fomentando el desarrollo de las características y cualidades asociadas con el sexo opuesto. Su desarrollo se torna unilateral psicológicamente y, quizás, hasta espiritualmente. Así encontramos al hombre que es muy "macho" o a la mujer extravagante fémina, en quienes las cualidades complementarias del sexo opuesto no tienen la oportunidad de desarrollarse. Un ser humano debe intentar desarrollar todo el espectro de cualidades humanas, tanto las llamadas "masculinas" como las llamadas "femeninas" y, de este modo -expresándolo en términos de género- convertirse en un ser andrógino. Esto no significa que haya que ser bisexual. La persona puede seguir relacionándose sexualmente con parejas del sexo opuesto, pero si se es psicológicamente andrógino, ya habrá desarrollado las cualidades psicológicas y espirituales de ambos sexos, de acuerdo a la terminología utilizada.

29. ¿Crees que la gente que intenta clarificar su sexualidad podría beneficiarse experimentando con la homosexualidad?
No creo que convenga probar la homosexualidad -ni la heterosexualidad si fuese el caso- a partir de una base puramente racional. Sencillamente no funcionaría. Lo esencial es que se produzca una atracción natural ya sea sexual o de otro tipo.
Y esto nos conduce a un tema que creo que es un problema grave para los hombres occidentales, y especialmente para los practicantes budistas.
La amistad espiritual es muy importante, y sólo puede establecerse sobre una base de amistad cotidiana. La amistad implica proximidad, confianza mutua, intimidad e incluso contacto físico. Para muchas personas en Occidente el contacto físico sólo se produce dentro del ámbito del sexo y, por tanto, se tiende a confundir los dos y a considerarlos inseparables. El contacto físico puro resulta, por ello, poco común, especialmente entre hombres. Generalmente, si se trata de otro hombre, no hay "riesgo" de implicación sexual; aún así, los hombres tropiezan con enormes dificultades para permitirse el contacto físico con otros hombres a causa de su miedo a la homosexualidad. He visto casos de hombres que muestran miedo hasta de darse un fraternal abrazo. Y, a veces, superar este temor les supone años; y cuando lo logran, se sienten muy gozosos, muy liberados... Como si realmente hubiesen logrado un auténtico descubrimiento... Esto ilustra la terrible confusión en que estamos metidos y el cómo, algo tan simple, puede crear un enorme problema.

Durante el tiempo que viví en el Vihara Budista de Hampstead practicaba un estricto celibato. A pesar de ello, recuerdo cómo algunos se sentían de molestos por mi intimidad con mi amigo Terry Delamare. Mientras que hubiera resultado más apropiado que tomasen ejemplo de lo que era una relación totalmente platónica -ni siquiera era una relación en un sentido estricto, ni mucho menos sexual-. El quid de la cuestión estaba, al parecer, en la incapacidad de la gente para creer que pudiese existir una amistad íntima entre dos hombres sin una connotación sexual.
Las mujeres están, en general, menos inhibidas en este respecto. No dudan en abrazarse o en rodear la cintura de otra; incluso se besan con cierta facilidad. Los hombres ni siquiera sueñan con hacer ese tipo de cosas: se controlan. Así pues, con frecuencia, limitan sus posibilidades de amistad con otros hombres. Y por tanto, si no desarrollan amistad con otros hombres tampoco desarrollan amistad "espiritual" con otros hombres, no están capacitados para desarrollar lo que el Buda declaró como el elemento más importante de la vida espiritual. 
31. ¿Que deberían hacer entonces los occidentales en este sentido?
Se debe acabar con el temor a la homosexualidad, enfrentarse a ella y perder miedo al contacto sexual con otros hombres.
Esto no significa que se deba tener un contacto sexual, sino por lo menos se debe perder el miedo a la idea. Deben descubrir que el contacto físico, incluso el contacto sexual entre hombres, es sólo contacto físico o sexual entre hombres. Es algo muy normal, y el miedo hacia ello puede entorpecer el desarrollo de amistades.
37. ¿Crees que nosotros, aquí en Occidente, necesitamos esforzarnos más para mejorar nuestra comprensión sobre el tercer precepto que aquéllos de culturas más tradicionales de Oriente?
Me parece que aquí en Occidente tenemos que luchar contra un mensaje cultural que sobrevalora el sexo como un bien indescriptible. Todavía hoy en día hay mucha gente que cree que, en la medida en que no se haga daño, se puede disfrutar -se debe de tener tanto sexo como se quiera-. Esta actitud refleja la escasa comprensión sobre el hecho de que, para el desarrollo de la vida espiritual, el sexo debe ocupar un lugar muy periférico.
Vivimos en una época de transición. Antes, el gran inhibidor, sobre todo para la mujer, era el riesgo de embarazo. La desaparición de dicho riesgo, al menos hasta la aparición del SIDA, nos llevó a sentirnos libres para involucrarnos en relaciones sexuales sin el miedo a las consecuencias. Y esto obviamente alteró las actitudes frente al sexo... Pero existen efectos secundarios: los anticonceptivos conllevan ciertos riesgos; lo que conduce a las mujeres a cuestionar si la promiscuidad sexual es realmente tan satisfactoria psicológicamente como se dice, o si es incluso saludable. Quizás, dada la libertad con la que actualmente se puede practicar el sexo, resulte desproporcionada ésta, en su conjunto, comparada con la atención que se le presta.
Se puede ser miembro de la Orden Budista Occidental -OBO- sin ser célibe. Sólo se pide que se coloque la vida sexual en la periferia, hacia la periferia, del mándala personal... O al menos no demasiado cerca del centro. Pero si alguien puede ser célibe sin caer en actitudes neuróticas, si lo desempeña de una forma positiva y sana, estoy seguro de que este tipo de celibato facilita, -al igual que otros factores- un desarrollo espiritual más rápido; y de que ayuda a que la persona se sienta más libre para emplearse en el Dharma y en otros seres humanos.




jueves, 7 de marzo de 2019

Marginado


He estado pensando mucho acerca de mi mismo y mi vida: No me siento parte de esta sociedad. Siempre he tenido esa sensación. Soy un segregado, un antisocial. Y día con día esta idea no cesa de tomar fuerza, al grado de necesitar sacarla de una manera u otra. Básicamente esa es la justificación de esta breve entrada. Tratar de conseguir un poco de desahogo.
El hecho es que: no acatar las reglas de cualquier sociedad, o no adaptarse, termina por apartar. Hacer a un lado y expulsar a los sujetos. Eso para cualquiera tiene que ser aplastante (para mi no), porque de pronto llega un día, a determinada edad y te ves que te encuentras solo, y ves que los amigos existen solo si eres como ellos; si calificas para entrar en su gremio. Ves que tus antiguos compañeros de escuela ahora son tipos con un empleo, una familia, y una posición...y son tan grises y anodinos, y te preguntas... ¿Exactamente donde torcí el rumbo o torcieron el rumbo?
Talcott Parsons decía que toda sociedad moderna que funciona esta integrada por sujetos eficientes y trabajadores e individualistas (no les importa usar el sebo del cadáver del amigo para untar su pan), no les importan los valores, para ellos no significa nada cosas como la amistad, la sensibilidad, la nobleza, no saben amar, ni siquiera se aman así mismos y por ende no aprecian la vida. En cambio si valoran el esfuerzo... 
Parecen zombis al ritmo de un toque que les indica el paso.
Nunca he podido adaptarme a ningún tipo de sociedad, ni de reglas sociales... y no puedo decir que me arrepienta. ¡No me arrepiento, ni me siento mal! 
Después de todo la importancia de los logros termina ahí en los limites de lo que la sociedad considera como deben ser las cosas. Los logros solo tienen un significado si se vive inserto. Yo no soy un inserto ni creo que valga la pena aniquilar nuestra originalidad y humanidad para serlo.