El modo cruel con el que la gente trata a los animales, es un indicador de su entorno tan abyecto en el que moran. El exceso tanto de pobreza como de riqueza, de algunos individuos, opera de un modo pernicioso. Les embrutece y convierte en seres viles y despreciables marcados por sus acciones y su incapacidad para sentir el sufrimiento ajeno.
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