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lunes, 5 de febrero de 2024

Déformation professionelle


Sin pretender abusar del tiempo y la buena disposición del lector: podrá constatar, si revisa este blog justo al final del artículo “Viejos Filósofos Griegos” una frase donde declaro: “Pero en los tiempos que corren hasta los filósofos han perdido su originalidad” 

Este hecho radica en la profesionalización de la filosofía. El encarar el estudio de la filosofía por medios académicos, universitarios  provoca la conocida y tan temida deformación de la especialización “Déformation professionelle” Un sesgo de pensamiento donde un especialista pretende comprender el mundo bajo el enfoque de la perspectiva de su profesión. Esto culmina en un enfoque deformado.

Como un Cardiólogo que se vuelve incapaz de tratar una simple diarrea. 

Un médico, un Abogado, Un Ingeniero... Cualquier especialista posee una visión del mundo. Un concepto del hombre dictadado por una deformación de su profesión.


El problema comienza cuando la Filosofía se convierte en una profesión con entes titulados, maestros y doctorados. Cuando el filósofo se convierte en un profesional con títulos y renombre académico confina el pensamiento a las universidades y los libros especializados. Entonces surgen todas esas teorías tan difíciles de digerir para los no entendidos, pero que no dicen nada, definitivamente nada sobre el vivir. Y es aquí donde se piensa que la filosofía es una perdida de tiempo. Pues ha pasado de ser un bálsamo. Ha pasado de representar un papel que ayude a vivir como lo fue la religión en su momento a meras elucubraciones pomposas que representan interés a un grupo muy selecto. 

 Surge ese rechazo de la gente común, no especializada; por la filosofía. Comienza entonces a pensar en que la filosofía solo es para unos cuantos seres extraños, mentes raras y de aspecto altamente “shockeado”

Es todo lo contrario a lo que sucedía a los filósofos de aquellos tiempos antiguos. Cuando la filosofía era una forma de vida. Una manera de enfrentar el rigor de la existencia de una manera mas amable. La filosofía de aquellos días no era una profesión; ¡Era una forma de enfrentarse al vivir!

Es como si ahora el filosofo viviese en la constante presión del hombre de ciencia que está ahí para exigirle demostraciones y métodos sistemáticos. Por fortuna con el advenimiento del existencialismo, o las primeras bases que abrieron lo que después se conocería como "Existencialismo" la filosofía experimentó un cambio. Regresó y recuperó mucho de su antigua esencia de modo de vida. ¡Nuevamente era una disciplina al alcance del hombre no especializado que se cuestionaba su lugar en la vida! ... Lo que en esencia cualquier filósofo autentico debería de celebrar. No obstante esto no fue bien acogido por los filósofos de universidad; argumentando que el existencialismo solo era simple charlatanería literaria o Psicológica.

Puntualizado lo anterior quiero mencionar un par de filósofos que en lo personal tengo la obligación de reivindicar: Nietzsche y Kierkegaard. Dos filósofos auténticos, pura sangre. Sin miedo a encarar de frente su negación a la sistematización de las universidades, y de experimentar y tratar de entender sus teorías a costa de su propio sufrimiento. Ambos tenía por objeto investigar el problema del cristianismo, pero lo hicieron en direcciones opuestas. Kierkegaard sometiendo su experiencia al sufrimiento de cristo. ¿Está vivo aún el cristianismo o solo es algo terminado?

Nietzsche partiendo desde la posición de dar por muerto a dios “Dios está muerto...” declaró. ¿Cuál el destino, el futuro de la humanidad una vez rota nuestra relación con dios?

Ambos filósofos de vidas atribuladas y dispuestos a dejar todo su ser y su salud, por el acto de dilucidar la verdad. Ambos filósofos retractores del sistema académico. Filósofos con brillo y audacia. Herederos pura sangre de los auténticos antiguos. Pero la filosofía, a diferencia de la religión (lo que se entiende en común por religión),  posee la característica intocable de ser irreductible. Quiero decir con esto que nunca llegará un ocaso mientras el ser humano exista. Al contrario la religión (aunque aún poderosas) están muertas. En primer plano por el pensamiento científico. Mas sin embargo la filosofía posee esa flexibilidad de ser modular, de adaptarse y de conjugar con el pensamiento científico, pragmático, rígido e incluso académico. Al final el consuelo y el mejor escudo del que puede estar provisto el hombre proviene de la Filosofía. ¡No hay nada más eficaz! para hacer frente a cualquier tipo de infortunio que estar provistos con la aguda cuchilla de la filosofía. 

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